A estas alturas de la historia, es bastante conocido que aunque la Navidad sustituyó a las Saturnales en el siglo IV, algunos de aquellos ritos romanos, como los “banquetes” familiares y el intercambio de regalos, han llegado hasta nuestros días.
Los regalos llegan a casa de diversas maneras: de la mano del amigo invisible, en el trineo de Papá Noel y, por supuesto, entre el equipaje de los Reyes Magos (hay más, pero en estas tierras son los que más se estilan). En este juego de misterio y magia el momento culminante es el encuentro que se produce en la mañana del día 6 entre los infantes del municipio y sus Majestades de Oriente. Encuentro que pese a sus incongruencias —solventadas por los padres a velocidad supersónica— es uno de los momentos más especiales de toda infancia vivida por estos lares. Resulta reconfortante ver cómo todos colaboramos en mantener la ilusión de los más pequeños hasta llegar a este encontronazo emocional; tal vez, porque a todos nos gusta aderezar la vida con inocencia de vez en cuando… Disfrutamos viendo la cara de niños y niñas, pero también les chantajeamos para que se porten un poco mejor de lo habitual. Recordamos nuestra propia infancia, pero no solemos meternos en la piel de las criaturas del siglo XXI, somos de un siglo anterior. Y llegados a este punto es interesante recordar otra de las costumbres de las Saturnales: la inversión del orden establecido.
¿Cómo sería ver la Navidad desde los ojos de nuestros hijos? ¿Qué pensarían si pudieran ver el mundo desde nuestra altura? ¿Alguna vez han jugado a intercambiar papeles? Es divertido y además enriquecedor porque —más allá de las parodias inevitables— supone una manera de conocer lo que perciben los demás de nosotros y de estar al tanto de las dificultades que encuentran otros al relacionarse con el mundo que les rodea. Tras la visión, aparecen la empatía y la comprensión; de ahí al entendimiento y a la aceptación solo hay unos pasos más, aunque requieren de cierto esfuerzo. ¿Se atreven a intentarlo? ¿No sería un maravilloso regalo para este año un ligero cambio de perspectiva que amplíe nuestra visión del mundo?
