El partido que acaudilla Iglesias celebra el próximo aniversario de la Constitución lanzando la consigna de promover un debate sobre el modelo de Estado. Desde el comité central podemita pretenden convocar un “referéndum para que los ciudadanos voten entre el sistema de gobierno republicano o monárquico. La propuesta sería propia de un alucinado en cualquier país democrático, sea monárquico o republicano. No veo a los ciudadanos del Reino Unido decidiendo tal cosa. Después de 40 años en la UE, parecen trastornados con su salida. Pero su sensatez y patriotismo no está en juego. No se les ha ocurrido echar la culpa de sus desgracias a la reina Isabel II, ni a su eterno heredero, el setentón Carlos. Tampoco veo a nuestros vecinos republicanos, los pacíficos portugueses o a los insatisfechos franceses, pidiendo un referéndum sobre su modelo de Estado. Hace siglos que pasaron por la guillotina a Luis XVI y muchos lamentarán aquellos años de terror revolucionario. En ningún país democrático, sería posible una iniciativa tan disparatada como la que pretenden los amigos del dictador venezolano.
¿Por qué ocurre en España? El hecho es que los llamados “perroflautas” del 15-M, ahora, 7 años después, constituidos en partido con representación parlamentaria, se han convertido en un grave riesgo para el futuro pacífico de los ciudadanos de este país. Entre los factores que explican su ascenso en la política, hay que incluir algunos medios de comunicación y la desidia e incompetencia del gobierno anterior. Pero ahora importa evitar la amenaza destructiva que se cierne sobre nuestro sistema político y el modelo de Estado que ha traído la mayor prosperidad y libertad en más de quinientos años de historia.
Se preguntarán por las pruebas que avalen tales afirmaciones. Cualquier persona, medianamente informada y no intoxicada por algunos medios de comunicación, puede comprobarlo. El asalto a los poderes del Estado se dirige en cuatro frentes. Aprovechando la debilidad del Gobierno del doctor Sánchez, rodeado del mayor número de ministros y ministras más entrampados de la historia, los podemitas controlan Radiotelevisión y otros medios de comunicación; con apoyo socialista, están en ayuntamientos, como el de Madrid; se emplearon a fondo en un acoso violento al Parlamento; han comenzado el asalto al Poder Judicial, tratando de someter a magistrados del Tribunal constitucional y vocales del CGPJ a las directrices del Gobierno. El último embate y más descarado es el ataque a la Monarquía. Coinciden con separatistas vascos y catalanes en destruir el régimen democrático de la Transición. Y copian de ellos el modo de socavar las instituciones, invocando con aparente inocencia el derecho a decidir. Total, dicen, se trata de convocar un referéndum para que la ciudadanía se manifieste sobre un modelo de Estado. Algunas asociaciones de estudiantes (es un decir) manejadas por los ideólogos de ultraizquierda organizan consultas electorales en ese sentido. La siembra socialista de una educación deplorable es un caldo de cultivo adecuado para mentes serviles. Reclaman poder votar, porque las nuevas generaciones no lo hicieron en 1978. El argumento (falacia, más bien) no puede ser más estúpido. Aunque, su sistema de gobierno ideal es el cubano, no les importa saber que los cubanos nunca han votado desde hace más de sesenta años. En casi cien años, tampoco lo hicieron en la Unión soviética de Lenin, Stalin y demás tiranos. Sin embargo, la ideología comunista propagada con violencia y mentira no murió con sus dirigentes y han proliferado partidos herederos de aquel régimen totalitario.
Izquierda Unida, actualmente integrada en Unidos Podemos, se encuentra sometida a las exigencias impuestas por el guía podemita. El único representante en el Ayuntamiento segoviano, siguiendo las consignas neo-leninistas del supremo líder, ha anunciado que en el próximo pleno municipal presentará una moción pidiendo a la corporación municipal que manifieste su “compromiso con los valores republicanos” y apoye el referéndum sobre el modelo de Estado. No es la primera vez que los comunistas abusan de las facultades que les otorga la Constitución vigente para utilizar el pleno municipal en provecho de sus proclamas ideológicas. Esta vez, lanzan un ataque contra las mismas instituciones, contra el Rey, y pretenden suprimir las garantías constitucionales que amparan a los ciudadanos. Esta moción es una agresión a toda la ciudadanía y pretende cínicamente obtener el beneplácito de los mismos perjudicados. No es un asunto menor de pugna entre partidos de izquierdas o derechas. Es un atentado para desestabilizar el orden constitucional con el fin último de quebrar la unidad de España.
La última propuesta ideológica de IU en el pleno municipal fue secundada por todos los grupos salvo una abstención. La intención última que ahora persigue la moción de IU es dinamitar el actual régimen de libertad. En esta situación, cuál será la reacción de los grupos políticos, especialmente la posición del grupo socialista. Es una ocasión para calibrar las convicciones democráticas, la sensatez y el coraje de los representantes políticos. Habrá quien piense que es una simple pregunta sin más consecuencias. Quizá, a esa persona no le importaría que sus convecinos sometieran a votación la decisión de dinamitar su casa (¡Sólo sería una consulta!, nada más…, de momento). Hasta este punto ha llegado el sujeto que invocando la momia de Lenin asegura que “el cielo no se toma por consenso sino al asalto”. ¡Miembros de la corporación municipal, esto va en serio! Por favor, defiendan las Instituciones del Estado, defiendan la Constitución.