Sarkozy y Merkel confirman en la carta, difundida en París, que las medidas adelantadas el pasado lunes tienen como meta «reforzar la arquitectura» de la Unión Económica y Monetaria y deben aplicarse con «absoluta urgencia» para resolver la crisis «de manera inmediata».
Ambos mandatarios confirman la intención de proponer que los compromisos que presentan sean asumidos por los 27 Estados de la Unión, aunque si ello no es posible indican que los 17 países de la eurozona «tendrán que ir por delante», cuyos líderes deberían reunirse una vez al mes, según la carta.
No obstante, agregan que otros países firmantes de lo que denominan «pacto por el euro plus» serán invitados a participar en los debates «en los asuntos relacionados con él».
Para reforzar la gobernanza de la eurozona proponen que esas cumbres se celebren en condiciones normales un par de veces al año, con una presidencia permanente, y que en ellas se den las «orientaciones estratégicas para las políticas económicas y presupuestarias de la eurozona».
El plan propuesto prevé la aprobación en cada Estado de la denominada «regla de oro» y afirman que tendrá que haber una nueva disposición legal que precise «las exigencias mínimas» que se esperan de esa norma que exigirá el equilibrio de las cuentas nacionales.
Añaden que será el Tribunal de Justicia de la UE el que, a petición de la Comisión Europea o de un Estado miembro, el que tendrá la posibilidad de verificar su transposición en el marco legal nacional.
Confirman que habrá un «procedimiento nuevo» para corregir «todo exceso por encima del 3 % del PIB» en relación al déficit y explican que, cuando la Comisión lo haya constatado, tendrá que haber «consecuencias automáticas a menos que el eurogrupo, por mayoría cualificada, decida otra cosa».
«Las circunstancias excepcionales deberán ser tomadas en cuenta», afirman Sarkozy y Merkel, quienes agregan que el Estado concernido deberá conseguir que el eurogrupo apruebe un «partenariado europeo por la reforma» con las medidas presupuestarias y estructurales detalladas para ese país que le permitan «superar sus dificultades y ayudarle en sus esfuerzos».
Además, deberá ser posible aplicar «una serie de intervenciones de intensidad creciente sobre los derechos de ese Estado», entendidas como una «respuesta concreta» a la situación de déficit excesivo en el que incurra el país en cuestión.
Agregan que las «etapas y sanciones propuestas o recomendadas por la Comisión tendrán que ser aprobadas por el Consejo a menos que una mayoría cualificada de los Estados de la eurozona decida otra cosa».
Sarkozy y Merkel confirman que el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF) tendrá que ser efectivo en 2012, un año antes de lo previsto, y eso para que pueda «hacer frente a las amenazas futuras para la estabilidad de la eurozona en su conjunto, incluido el riesgo de contagio a otros» miembros del grupo.
El tratado del MEEF, recuerdan, deberá ser revisado en lo que afecta a la participación del sector privado «para que quede claro que la solución requerida para Grecia fue única y excepcional.
