El juez Javier Gómez Bermúdez acordó prisión provisional, comunicada y sin fianza para siete de los ocho presuntos yihadistas detenidos el pasado viernes. Se les imputa los delitos de integración en organización terrorista, enaltecimiento del terrorismo, difusión pública de consignas terroristas y/o captación, adoctrinamiento, adiestramiento y formación terrorista, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los detenidos, según el juez, constituyen una célula local de la organización terrorista DAESH (Estado Islámico) dedicada a la propaganda, adoctrinamiento y captación de nuevos militantes para la organización. La Comisaría General de Información y la Brigada Provincial de Información de Barcelona venía investigándoles desde junio 2014.
El auto del juez describió esta nueva forma de terrorismo de lo que se denomina “yihadismo violento” que surgió ante la dificultad con la que se encuentra Al Qaeda para organizar atentados terroristas en Occidente. Así, recurren a jóvenes musulmanes afincados en países occidentales, muchos de ellos incluso poseen la nacionalidad del país donde residen.
Del mismo modo, explicó que se les instruye presencialmente o telemáticamente, sobre cómo cometer un atentado o les incita a marchar a zonas de Oriente donde se les forma para regresar a Occidente a cometer atentados de fácil realización, “dada la escasa preparación que requieren y la forma de ejecución abierta y flexible donde incluso la huida o salvaguardar la propia vida son aspectos accesorios”, recalcó.
El juez también describió la importancia de Internet en este nuevo terrorismo. En concreto, la célula investigada estaba integrada por al menos 10 personas que constituyeron un complejo entramado virtual en la red, mediante la creación de 52 perfiles (en Facebook, Twitter, Google+ y Tuenti) y utilizaba en España la táctica del “terror informativo”.
El presunto líder de la célula elaboraba y editaba material audiovisual en apoyo del terrorismo yihadista. Llegó a colgar un vídeo en su página de Internet donde grababa a su hijo pequeño de 2 años respondiendo, a preguntas del padre, que de mayor quería ser “yihadista”, al tiempo que identificaba en la pantalla del ordenador al líder del Estado Islámico y le lanzaba besos, también a requerimiento de su padre.
También se le incautó un video titulado “entrenamiento del Estado Islámico en España” donde aparecía realizando prácticas de artes marciales. Reconoció tener un texto con amenazas al Rey y su familia y está constatada una conversación telefónica donde reconoció trabajar para el líder de la organización DAESH.
En este sentido, el magistrado explicó que el terror informativo no es solo exhibir material videográfico violento; también es una táctica de guerra recurrente en las organizaciones terroristas yihadistas modernas para sembrar el pánico en las sociedades occidentales actuales.
“Pues su objetivo es aterrorizar al conjunto de la sociedad como medio de desestabilización y neutralización de sus defensas generando miedo en la opinión”.
