La camarera sirve en la barra de un Gambrinus prácticamente vacío, un té con leche fría aparte y una coca-cola. Son las doce de un mediodía soleado en Madrid y, mientras quien suscribe se dispone a acercarse a una mesa en el fondo del local, Rebeca Jiménez (Segovia, 1975) le hace cambiar el rumbo y coloca las bebidas sobre la más cercana a un gran ventanal por el que pincha el sol. “Tanto lo que hay dentro como lo que muestras fuera es fundamental; hay luz en la portada y eso era muy importante. Hay más optimismo en este disco”, afirma después, casi llegando al final; y entones entiendo el principio.
El lugar en el que hemos decidido charlar está justo al lado del paseo de La Castellana y de las oficinas de Warner, la discográfica que ha vuelto a confiar en ella, su trabajo y sus canciones. Han pasado tres años desde que en 2008 publicó su primer disco, ‘Todo Llegará’, y también han pasado, al menos, tantos días como cosas en su vida.
Entre ellas, muchísimos conciertos tras los cuales, la relación entre entrevistada y entrevistadora también ha variado algo; Rebeca ya no teme que la grabadora no alcance a registrar su voz, y tampoco le preocupa que sus sentencias no queden apuntadas en boli sobre el papel. La confianza en el trabajo de una y otra ya es mutuo y la cantante explica relajada que “de todo este tiempo me quedo con la sensación de haber tenido dos grabaciones muy diferentes pero muy buenas, con momentos emocionantes; y, sobre todo, me quedo con los directos”.
Y es que la presentación frente al público -que de ‘Valiente’ no tendrá lugar hasta el día 30 de noviembre en la Joy Eslava- es, si se puede decir así, su obsesión. No en vano, cuando se le cuestiona por uno de los títulos de las doce canciones que componen ‘Valiente’, Rebeca Jiménez lo tiene claro: “creo que un poco de suerte no me vendría mal a la hora de llegar a más gente; eso implicaría que puedo tocar en más sitios y que puedo hacer una gira con mi banda. Para tocar fuera de Madrid necesitas un poco de suerte, que las salas lleguen a llenarse con al menos doscientas personas, y que eso te permita soportar los gastos que conlleva girar con una banda. Esa es mi única ilusión; que esto llegue a la gente para poder ir con mis músicos”.
Ella, como explica en la misma canción de la que hablamos, sigue convencida de que “todo llegará; eso lo sigo teniendo en la cabeza, pero mientras va llegando hay que ser valiente”. Y por esta razón no ha dudado en colocar ese adjetivo junto a su nombre en la portada del disco; ejerciendo de título. Contundente, directo y, aunque corto, largo de significados.
‘Valiente’. Al ser preguntada por las razones que le llevaron a titular así su nuevo trabajo, Rebeca admite que “si tengo que recordar el proceso de este disco, sobre todo hasta llegar al estudio, me encuentro con un momento en el que tuve que tomar constantemente decisiones que me tuvieron un poco nerviosa. De repente necesité decidir sobre asuntos que para mí a veces eran complicados, como, por ejemplo, el cambio de productor; de Carlos Raya a Bori Alarcón. En estos casos dudas, y al final para mí ser valiente fue lo más acertado”.
En preguntas como ésta, la cantante segoviana pierde por segundos la mirada en el vacío del bar y, después de dar un par de sorbos al té, concluye su reflexión diciendo que “también es un llamamiento al resto de la gente a ser valientes; lo veo como una actitud. A veces la vida te pone en tesituras donde no te queda otra; o sí, pero ahí decido siempre intentar ser valiente”…
Puede leer la versión extendida de la entrevista con Rebeca Jiménez en el suplemento Demarcha de la edición en papel.