E l pasado jueves debería quedar inmortalizado en los anales de los eventos culturales navideños de la provincia, gracias a la multitudinaria participación de la sociedad segoviana en la XXXII Muestra Provincial de Villancicos que organiza la Asociación Taller Cultural de Fuentepelayo. La iglesia de Santa María la Mayor fue testigo de este acto cultural y educativo con connotaciones artísticas y grandes dosis de socialización e integración para todo tipo de personas.
Si se habla de grupos, cabe la satisfacción de decir que treinta colectivos procedentes de toda la geografía provincial se acercaron hasta Fuentepelayo para ser protagonistas directos de este tradicional encuentro de villancicos. Impacta decir que más de seiscientas personas fueron los componentes de dichos grupos. Y si a todas estas cifras se le suman los espectadores, fueron un millar de personas quienes disfrutaron de un espectáculo de primer nivel en la faceta artística y la puramente social y educativa.
Las localidades representadas en esta edición fueron: Adrados, Pedraza, Escalona del Prado, Valverde del Majano, Lastras de Cuéllar, Zarzuela del Pinar, Aguilafuente, Martín Muñoz de la Dehesa, Juarros de Voltoya, Martín Muñoz de las Posadas, Boceguillas, Navafría, Abades, Aldea Real, Frumales, Cozuelos, Sauquillo de Cabezas, Veganzones, Sebúlcor y Torre Val de San Pedro. Procedentes de la capital participaron: la Cooperativa Alcázar, Colegio San José, Hermanos de la Cruz Blanca y Centro de Nuestra Señora de la Esperanza. En su condición de organizador, Fuentepelayo presentó tres agrupaciones artísticas: Coral Santa María, Colegio Las Cañadas y la Rondalla Taller Cultural.
Como grupo invitado acudió a esta cita navideña el Centro Ocupacional Santa Teresa de Ávila, formado por personas con discapacidad psíquica que se granjearon el cariño de todos los presentes, por su calidad interpretativa y por su buen hacer.
Por segundo año consecutivo, hay que señalar la presencia notoria de la totalidad de grupos pertenecientes al programa “Convivir Cantando”, que promueve la Diputación Provincial. Esta iniciativa, que está coordinada musicalmente desde sus orígenes por José Ramón Bayón, exhibió los progresos cosechados.
Cada grupo tan sólo pudo interpretar un villancico. Todos hubieran deseado tener un mayor protagonismo, pero las bases de participación y la lógica limitación derivada de tan ingente cantidad de grupos no hicieron posible ver cumplidos sus sueños. Se escucharon villancicos de todo tipo y procedencia. En muchos casos, se adaptaron temas del cancionero popular o se idearon nuevas partituras. Todo fue válido en un ambiente festivo en el que lo más importante es el deseo de participar y las ganas de pasar una jornada inolvidable.
Y antes de retomar el viaje de regreso a sus puntos de origen, la tradicional chocolatada con churros aglutinó las voluntades de todos los participantes. Los rostros de los cantores llevaban consigo su deseo de volver a repetir la experiencia vivida en la próxima edición. La respuesta de las gentes de Fuentepelayo y sobre todo, por parte de los organizadores, está garantizada de antemano a tenor de su poder de convocatoria demostrada por enésima vez.
