La Real Academia Española de la Lengua sostiene que “intimidar” es “causar o infundir miedo”. De intimidaciones han hablado hoy el portavoz del PP, Jesús Postigo, y el alcalde, Pedro Arahuetes, en la particular ‘guerra fría’ que mantienen populares y socialistas a raíz de la campaña de recogida de firmas impulsada por el Gobierno municipal socialista contra la construcción del Palacio de Congresos en La Faisanera.
Abortada la fórmula la ‘consulta popular’ por el Juzgado, se presumía que la mera recogida de firmas, de eficacia discutible, podía rebajar la tensión entre partidarios y detractores de la infraestructura. Nada más lejos de la realidad. El primero en desatar las hostilidades ha sido Postigo que, a preguntas de los periodistas, en conferencia de prensa, no ha dudado en afear la actitud que, a su juicio, está demostrando el alcalde. “[el alcalde] Está intimidando a demasiados ciudadanos que, en condiciones normales, no sé si hubieran firmado” contra el proyecto capitaneado por la Diputación Provincial en Segovia 21. “Entra en la libertad e intimidad” de las personas, ha añadido Postigo, quien atribuyó la campaña de recogida de firmas a un “ataque de celos” de Arahuetes “que ha visto solucionado un problema que él ha sido incapaz de resolver en diez años”.
La primera reacción del alcalde al conocer las manifestaciones de Postigo rozaron la guasa. “Todos los días sacamos las navajas y los cuchillos e intimidamos, es nuestra estrategia y vamos a seguir con ella”, apuntó. Tras la ironía, Arahuetes señaló que “no hace falta decir a nadie que firma, he estado en varias mesas y la gente acude masivamente a firmar”.
Fue entonces cuando Arahuetes habló de que, al contrario de lo manifestado por Postigo, lo que él sí tenía constancia es de intimidaciones de los populares para disuadir a los ciudadanos a estampar sus firmas en los pliegos. El alcalde ha asegurado que tenía constancia que personas vinculadas al PP o simpatizantes con este partido han sido “amenazadas entre comillas” por militantes populares “de que si firmaban iban a tener consecuencias negativas”. “Estas personas me han dicho que querían firmar pero que les habían dicho los del PP que iban a revisar todas las firmas”, ha asegurado el alcalde, que dice conocer “seis casos” en los que ha ocurrido esta circunstancia. “Es una estrategia de intimidación del PP, claramente, pero no tendrá ninguna incidencia”, declaró el alcalde, que ha asegurado que si hubiera podido celebrar la consulta popular, donde el voto es secreto, los populares “no hubieran podido utilizar esas tácticas”.