Un año más se produjo un nuevo reencuentro de fidelidad entre los vecinos de Abades y la patrona, la Virgen de Nuestra Señora de los Remedios, en la tradicional festividad del Cuatrojunio, como se populariza la efemérides. La fiesta primaveral volvió a reunir a decenas de devotos en torno a los principales actos religiosos.
Y es que la fecha para toda persona nacida en la localidad, es un punto de encuentro y de referencia de fé y convocatoria familiar, tanto para las personas que viven habitualmente en Abades, como para otras personas que acuden desde Segovia, o otras provincias y poblaciones.
La primera llamada a la convocatoria popular la ponía el grupo de música tradicional Los Tocinillos desde primera hora de la mañana con un tradicional pasacalles, que anunciaba la posterior procesión o traslado de la imagen de la Virgen de los Remedios hasta su ermita, situada en el paraje de Perocojo. Un recorrido emocionado, de algo más de un kilómetro, que se hizo ameno y cautivador portando en andas la imagen, en medio de un entorno completamente verde que propiciaban los sembrados.
A la llegada a la ermita, y una vez acogida la virgen, todos los asistentes degustaron un refresco y aperitivo ofrecido por el Ayuntamiento de Abades.
Los actos religiosos continuaron por la tarde, con el oficio del Rosario y procesión por la pradera que rodea a la ermita y el canto de la Salve. La Virgen iniciaba el recorrido saliendo alzada del templo con el sonido del himno nacional y portada en andas. Un emocionante momento roto también por el repique de las campanas realizado manualmente desde su espadaña. Los mayordomos y mayordomas enaltecieron la carrera por el entorno a la vez que se propagaban las jotas entre los devotos con la imagen de la santa como testigo. Además, tal y como marca la tradición, los niños eran acercados y recostados en el monumento por sus padres y familiares. A la conclusión de la carrera, la santa fue introducida en el templo donde se subastaron las andas y la entronación de su imagen.
En el exterior de la ermita, donde años atrás los vecinos y devotos tomaban la pradera para comer y merendar, el público disfrutó de diversos puestos de bebida, juguetes y globos para los niños asi como juegos. El punto final a la convocatoria festiva lo puso la orquesta Tarot, con una amena verbena para todos los vecinos.