Durante la segunda sesión del juicio contra Patrick Nogueira por las muertes de sus tíos y sus dos primos menores de edad en agosto de 2016 en Pioz (Guadalajara), tuvo lugar la declaración de un amigo del autor confeso de los crímenes, Víctor L., quien confirmó que accidentalmente visionó fotografías de los cadáveres descuartizados, una de ellas en la que se podía ver al acusado en modo ‘selfie’.
Así lo aseguró este testigo, que reconoció que era amigo tanto de Marvin —el receptor de las imágenes— como de Patrick, si bien con éste último mantenía una relación más distante.
En esa línea, explicó que el teléfono de Marvin llegó a sus manos porque se lo había prestado mientras arreglaba el suyo propio. En un primer momento vio las imágenes de los cuerpos —que aunque estaban borradas permanecían archivadas en la papelera—, pero no les dio más importancia. “Yo creía que eran imágenes de internet y no quise saber más”, dijo.
Poco después, cuando instaló la aplicación WhatsApp en el teléfono, se descargaron todas las imágenes y mensajes antiguos de Marvin. Una vez se enteró de las informaciones que llegaban de España sobre el asesinato de la familia brasileña, cayó en la cuenta de que podría haber vinculación.
El testigo señaló que en un primer momento se asustó y sólo se lo contó a una amiga, quien acudió a la policía. Tras ver las fotos, según su testimonio, Víctor llegó a tener un encuentro con Patrick, a quien no le reveló que era conocedor de estas imágenes por miedo.
El propio Patrick, a tenor de las informaciones que llegaban desde España cuando aparecieron los cadáveres, le llegó a preguntar si creía que él era el autor de los asesinatos.
El hermano de Janaina, presuntamente asesinada por Patrick Nogueira, declaró que la familia le insistió a la fallecida sobre la peligrosidad de Nogueira, recordando que en el pasado llegó a acuchillar a un profesor suyo. Desde el principio, la familia de Janaina dio por hecho que Patrick era el autor de los crímenes.
Los celos como móvil
De otra parte, un compañero de trabajo de Marcos, asesinado por su sobrino, apuntó que la víctima llegó a sentir celos del autor confeso de los crímenes, ya que a su mujer le parecía atractivo.
Según señaló, Marcos le trasladó que había encontrado un mensaje de texto de su mujer, Janaina, enviado a una amiga, a quien le decía que Nogueira “tenía un cuerpo bastante agradable”.
Desde entonces, quiso “quitarse de en medio” y mudarse lejos de Patrick Nogueira, con quien en ese momento convivía en Torrejón de Ardoz. Este motivo pudo desencadenar la mudanza a Pioz. “Él desconfiaba de Patrick”.
Esta versión fue compartida por otra compañera de trabajo de Marcos: “Marcos me comentó que estaba desconfiado. Tenía sospechas. Me dijo que una vez vio un mensaje a una amiga hablando de Patrick”, indicó, aclarando que en el mensaje ponía que Patrick convivía con ellos y que estaba “muy bueno”.
En su declaración añadió que, en una ocasión, Marcos le contó que encontró en la casa que compartían a su mujer Janaina muy arreglada y a Patrick Nogueira en la habitación matrimonial. “Estaba muy enfadado”, agregó.
De su lado, el propietario de la vivienda de Pioz donde Nogueira acabó con la vida de sus tíos y sobrinos, que ejerce acusación particular reclamando una indemnización de 30.000 euros adhiriéndose a la petición de cuatro penas de prisión permanente revisable ejercida por la representación de las familias de las víctimas, relató lo que vio al regresar a la casa, poniendo el acento en que había “700 millones de moscas” y “la huella” del cadáver de uno de los niños en la escalera.
El casero dijo que la relación con los inquilinos era normal, recalcando que sólo le habían abonado un pago de 650 euros.
