La localidad de Gomezserracín es famosa por su producción hortofrutícola y por su capacidad empresarial en el sector, pero la base de la población necesita más. Se creó un CRA, El Carracillo, en el que este 2018 se agrupan 43 alumnos. Contaron con cuatro profesores hasta que los recortes y la ley de 2012 dispuso nuevos ratios y les dejó con solo tres profesores.
Así, comenzó el curso en el CRA El Carracillo, en Gomezserracín, donde se matricularon 43 alumnos. Hacen falta 46 para que se les conceda un docente más, un profesor que los padres, madres, alumnos e incluso los profesores, consideran muy necesario. Su población es volátil; la asiduidad de temporeros para trabajar en la producción agrícola hace que el número de escolares varíe más de una vez en cada curso, pero en esta ocasión han llegado a 43. Se agrupan en dos edificios separados, donde están desde Infantil a primero de Primaria, y de segundo a sexto de Primaria. Este curso suman 13 alumnos en los tres cursos de Infantil, 16 de segundo a cuarto, y 12 entre quinto y sexto. Así repartidos, a los profesores -todos recién llegados este año por jubilaciones y excedencias anteriores-, les falta tiempo y espacio. Lo que suele ser una ventaja del entorno rural, con clases más pequeñas y una atención personalizada, se ha desbordado, y los padres, aun reconociendo las buenas aptitudes y el esfuerzo de los docentes, creen que va en detrimento de la educación de sus hijos. Saben que legalmente no les pertenece, así lo cuenta Ana Cantalejo, madre de dos alumnos, de segundo y de cuarto, y de un pequeño que comenzará el curso el próximo año. Este lo hará con otros siete más, hecho que han argumentado ante la Delegación Provincial en sus reiteradas peticiones. Ana y el resto de madres y padres de los alumnos de Gomezserracín emprendieron acciones para solicitar un profesor más, a sabiendas de que no llegan a los 46 necesarios, pero también conscientes de que no solo es un número y que los niños tienen unas necesidades y carencias que se deben cumplir.
Desde el centro se habló con Inspección, y se denegó por no llegar a la ratio. La AMPA realizó un escrito, dos concretamente, que llevaron en persona a la Delegación Provincial de Segovia; al escrito adjuntaron las firmas de los padres y madres, la orden de educación y las bases de su reclamación, además del empadronamiento de los ocho niños que van a entrar al colegio el curso que viene. Numerosas llamadas y conversaciones en persona con el inspector no lograron que se consiguiera. Más cartas a Valladolid, a Recursos Humanos, de donde no han obtenido respuesta por ninguna vía. El 5 de cotubre llegaba la carta de Dirección Provincial al CRA denegando, en firme, la reclamación. Así, recurrieron a los medios, para dar a conocer cuáles son las condiciones en las que se está educando a los niños en Gomezserracín.
“Nunca nos hemos quejado, no sabíamos ni cómo hacerlo, pero lo hemos creído necesario; la educación de nuestros hijos está mermando”, alega Ana como madre afectada. Asegura que los niños lo notan, y que con un docente más habría mayor atención para diferenciar los cursos agrupados, para hacer desdobles. Afirma que con esto no se apoya el asentamiento de población rural, y que para contar con clases de apoyo tienen que desplazarse a Cuéllar, por lo que un profesor más en el CRA es una necesidad real. Confiesa además que muchos padres se plantean marcharse de Gomezserracín cuando no pueden ofrecer una educación de calidad en su municipio; “parece que nos invitan a irnos a Sanchonuño o Cuéllar”, explica. Reitera que esto “no es un berrinche, y que si vieran que todo va bien, no se quejarían”. Recuerda además que debe ser ahora cuando se incorpore un profesor, a principio de curso, porque más tarde sería perjudicial.
La procuradora socialista Ana Agudíez se hacía eco de la solicitud en las Cortes de Castilla y León; ha sido la primera en interesarse por la problemática, y los padres han visto “un poco de luz” tras tanta negativa. No obstante, ellos van a seguir luchando y haciendo ver que no solo es necesario mostrar el potencial hortofrutícola de la zona, el asentamiento de más empresas o la recarga de El Carracillo. El futuro de esas empresas y de la vida rural está en manos de los niños a los que se agrupa en pequeñas aulas y que necesitan un docente más para obtener educación de calidad.
