Las aulas sociales y de manualidades han ampliado su oferta este año en nueve grupos más, llegando a los 362. Estos dos programas de promoción personal, con cerca de treinta años de existencia, aumentan su demanda entre los usuarios cada año. En este curso son 189 los grupos de las aulas de manualidades que se han puesto en marcha en 163 municipios, mientras que 173 grupos en 158 localidades han sido los que se han registrado en las sociales. El presidente de la Diputación, Francisco Vázquez; el diputado de Asuntos Sociales y Deportes, Miguel Ángel de Vicente, y la gestora de servicio de la empresa adjudicataria, Eulen Servicios Sociosanitarios, Laura Romero, presentaron en rueda de prensa las cifras que hacen de estos programas la seña de identidad de la institución provincial. Este año estos programas tendrán un presupuesto cercano a los 460.000 euros, y llegarán a unas 3.000 personas.
Las aulas de manualidades tienen como objetivo fomentar la convivencia, la promoción y la integración social en los grupos donde se desarrolla, materializándose en talleres en los cuales se desarrollan diferentes técnicas, como pueden ser, pintura al óleo, en tela, costura, estaño, restauración de muebles antiguos, reciclado, técnicas mixtas, seda, etc. En cada grupo de mínimo cuatro y máximo 14 personas, se imparten un total de 62 horas, distribuidas en sesiones semanales de dos horas.
El proyecto comenzó el pasado 24 de septiembre y concluirá la última semana de mayo de 2019. Los días 16, 17 y 20 de mayo se celebrarán las exposiciones zonales en nueve municipios, distribuidos en el territorio de actuación de los cuatro CEAAS. Asimismo, en el Patio de Columnas del Palacio Provincial, se representarán en vivo cuatro técnicas de manualidades diferentes, los días 21 y 23 de mayo.
En cuanto a las aulas sociales, su objetivo es fomentar la participación de las personas adultas en actividades que posibiliten el desarrollo de sus capacidades y el enriquecimiento de sus conocimientos. Son acciones formativas de cultura general, formaciones iniciales y castellanización de personas inmigrantes. Se desarrolla en grupos de mínimo cuatro y máximo de 14 personas, con un total de 48 horas, repartidas en sesiones semanales de 1,5 horas.
Tanto el presidente como el diputado del área destacaron que estos programas se han convertido en una oportunidad laboral para muchos profesionales durante muchos meses del año. Y es que para el desarrollo de ambos proyectos, la adjudicataria tiene contratados a 20 monitores para las aulas de manualidades y 17 para las aulas sociales. A esos profesionales se unen dos coordinadoras y una gestora de servicio, lo que suma un total de 40 personas contratadas por la empresa externa para el desarrollo de estos dos proyectos.
Miguel Ángel de Vicente calificó estos dos programas como “argamasa social” que posibilita un punto de encuentro entre los vecinos. “La Diputación es la única institución que desarrolla en la provincia este tipo de actividades, por la desaparición de otras entidades. Es una forma de inversión en obra comunitaria y social”, concluyó De Vicente.
Este año, como novedad, la empresa aplicará a los trabajadores el II Convenio Colectivo marco estatal de Ocio Educativo y Animación Sociocultural, con lo que pasarán de estar contratados en la modalidad de obra o servicio determinada, a la de fijos discontinuos. El convenio recoge, además, el derecho a subrogación. En el supuesto de que sea otra empresa la adjudicataria del servicio, los empleados fijos discontinuos tienen derecho a pasar subrogados a la nueva empresa, manteniendo antigüedad, categoría y salario. A partir de ahora están contratados con una categoría más ajustada a sus actividades.
En cuanto al salario, los trabajadores de las Aulas de Manualidades cobran según convenio, con lo que mejora su sueldo con respecto a años anteriores, y los de Aulas Sociales, cobran por encima del convenio para mantener el salario de años anteriores. Además, tendrán incrementos salariales tras las negociaciones de dicho convenio y la publicación de las respectivas tablas salariales. Cobran según convenio, pero atendiendo al porcentaje de su jornada, que podrá variar de un año para otro en función de las horas de trabajo.
Los trabajadores tendrán estabilidad laboral, siempre y cuando realicen bien su trabajo. Si no fuera así, podrían ser despedidos, lo que supone para la empresa asumir el coste de despido de trabajadores fijos discontinuos.
