Entre los múltiples efectos que está teniendo la crisis económica, uno de los que en algún caso puede acarrear consecuencias dramáticas, es el del tráfico. Los responsables del sector del automóvil, los talleres mecánicos y los concesionarios oficiales, han advertido de que la situación de recesión rebaja directamente los niveles de seguridad vial.
El presidente del Gremio de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines (GESTRAA), José Luis Horcajo; y el presidente de la Agrupación Metalúrgica Empresarial Segoviana (AMES), Agapito Sanjuán, coincidieron en señalar que se han producido dos hechos relevantes en los últimos meses. Por un lado se han desplomado las ventas de vehículos nuevos; y por otro han caído las órdenes de reparación de vehículos ya usados.
De acuerdo con sus impresiones, esta tendencia supone una disminución de los niveles de seguridad vial en el parque automovilístico de la provincia, que ha crecido en los últimos años de forma progresiva.
Según las cifras de Tráfico, en el año 2001 había en Segovia un total de 84.790 vehículos, de los que 62.620 eran turismos. El año pasado el conjunto de vehículos registrados en la Jefatura Provincial era de unos 120.000, de los que 85.000 eran turismos.
Los empresarios segovianos vinculados al sector del automóvil han indicado que uno de cada tres accidentes con víctimas mortales puede considerarse accidente laboral, por lo que estas circunstancias tienen su efecto, no sólo directamente sobre las víctimas, sino también sobre las empresas. Por ello, concienciados de la necesidad de mejorar los niveles de seguridad vial, están organizando unas jornadas específicas que ayuden a mentalizar a la ciudadanía y que se celebrarán a finales de este mes. “La educación y la formación son claves para abordar la reducción de la siniestralidad”, asegura Irene Herranz, presidenta de la asociación de autoescuelas.
Aunque no existen cifras específicas, desde el sector indican que un alto porcentaje de los coches que están implicados en accidentes de tráfico presentan algún defecto del vehículo, tales como frenos en mal estado, neumáticos gastados, o amortiguación deficiente, por ejemplo, según dijo el presidente del gremio de Talleres, José Luis Horcajo.
Por su parte, el presidente de la Agrupación Metalúrgica, Agapito Sanjuán, recordó que las ventas de coches nuevos llevan años cayendo y en este ejercicio acumulan bajadas del 30 por ciento.
“Pero el mayor problema actual es que el cliente particular deja de llevar el coche al taller, y no cumple con los plazos de mantenimiento”, alertan los empresarios. De acuerdo con el sector, el mantenimiento de los coches de más de cinco años de antigüedad deben realizarse cada 20.000 kilómetros, y muchos lo retrasan. Esto hace que entre el 30 y el 40 por ciento de los vehículos no cumplan con los consejos de los fabricantes de vehículos.
Pero además, los impagos a los talleres constituyen otro problema que se ha acentuado con la crisis. Los profesionales se encuentran con clientes que no pueden hacer frente a las facturas, y abandonan su coche porque no pueden asumir el coste de la reparación, lo que genera dificultades de infraestructuras para los negocios, que a veces tienen que esperar meses hasta que logran deshacerse de ellos. “Algunos llevan el coche y cuando llega el momento del pago, hay que retener el vehículo, porque además tampoco ayudan los bancos a financiar los costes”, advierten.
