El lehendakari, Patxi López, reivindicó ayer la memoria de las víctimas como «semilla de la libertad futura», y se mostró convencido de que la sociedad vasca «no volverá a cometer el error de desviar la mirada ante la tragedia ajena».
López intervino en el homenaje que las instituciones vascas tributaron a las víctimas de ETA, GAL y Batallón Vasco Español en Vitoria, al que acudieron unas 700 personas afectadas por el terrorismo.
En el acto también intervino la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo y organizadora del acto, Maixabel Lasa, la viuda de Manuel Jódar, policía nacional asesinado por la banda en 1989, Leonor Legaño, y el ex rector de la UPV. Peio Salaburu.
Además, se presentó el Mapa de la Memoria, una iniciativa del Gobierno vasco que busca la «visibilización de las víctimas», con espacios públicos dedicados a las mismas en cada uno de los municipios en los que se han cometido asesinatos terroristas.
López agradeció a las víctimas que gracias a ellas «los vascos estamos construyendo una sociedad digna» que, a su juicio, «no volverá a cometer el error de desviar la mirada ante la tragedia ajena» y defendió que «estamos saliendo del túnel de la oscuridad y ganando la batalla a los terroristas», tras años en los que «el llanto de las víctimas era acallado para que no molestara a la inmoralidad colectiva».
«Hemos vivido años de plomo en los que después de la bomba no surgían voces de protesta. En los que incluso se buscaron atajos indefendibles para atajar el terrorismo. Atajos que nos hicieron más débiles frente al horror», afirmó.
El lehendakari subrayó que «hoy nadie defiende los atajos y la ciudadanía vasca ha despertado de su sopor», e hizo hincapié en que «la memoria sois las víctimas, la memoria es justicia».
«Reivindico la memoria como semilla de la libertad futura. Hace falta el testimonio de todo horror sufrido para marcar a fuego los límites que no podemos traspasar», defendió.
Leonor Regaño habló en representación de las víctimas para denunciar que las familias de los asesinados «no tenemos más derecho que al pataleo», aunque reconoció que, «poco a poco vamos dando pasos en la buena dirección».
Regaño habló la retirada de fotos de miembros de ETA por parte de la Ertzaintza, después de denunciar que «durante mucho tiempo el disparate y la vergüenza han paseado por nuestra calles sin ningún pudor, y hemos estado chapoteando en el barro de la indecencia».
La representante de las víctimas deseó que la sociedad vasca en su conjunto «sienta el mismo alivio» que los damnificados por esta actuación, aunque reconoció que hace falta «paciencia» para lograrlo. Además, opinó que es «urgente» tener en cuenta el sufrimiento de las víctimas de otros grupos terroristas, al margen de ETA.
En nombre de la sociedad civil, Peio Salaburu reconoció que la ciudadanía vasca es responsable de «mucho sufrimiento inútil y estéril», porque «ha habido que esperar muchos años para que las víctimas tuvieran un reconocimiento social»
Durante el acto, subieron al escenario familiares de las últimas víctimas de ETA, como Paqui Hernández, viuda del inspector de la Policía Nacional, Eduardo Puelles, o Jaione, la hija del empresario guipuzcoano Inaxio Uria. Todos recibieron de manos del lehendakari un recuerdo, que se enviará posteriormente a todos los asistentes.
A este emotivo homenaje, acudieron representantes de todas las formaciones políticas del arco parlamentario vasco, así como su presidente, Arantza Quiroga.
También asistieron los antiguos lehendakaris Juan José Ibarretxe, José Antonio Ardanza, y Carlos Garaikoetxea.
