Dani de la Torre dirige a Luis Tosar y Michelle Jenner en ‘La sombra de la ley’, una película ambientada en la Barcelona de los años 20 y que llega a los cines hoy para, de alguna forma, convertirse en primer filme de gánsteres patrio. “Si me dicen hace cinco años que voy a hacer una película como esta, no me lo creo”, reconoce el director gallego. La sombra de la ley traslada al espectador hasta 1921, donde la Ciudad Condal está sumida en el caos en unos días en los que las revueltas sindicales y anarquistas conviven con el oscuro mundo de los gánsteres, la corrupción policial y el desenfreno y la exuberancia de las noches de cabaret.
Un contexto “muy diverso y agitado” y, hasta ahora, prácticamente inédito en el cine español, en el que el robo de un tren lleno de armas será el detonante de una oscura trama policial.
“Si me dicen hace cinco o seis años que voy a hacer una película como esta no me lo creo. Me han llamado loco muchas veces… desde que me dedico a contar historias”, reconoció el cineasta gallego en una entrevista para los medios en la que, mientras recibió un espaldarazo —literal— de Luis Tosar, recordó cómo durante sus primeras incursiones en los festivales de cortometrajes “un tipo del cine que no voy a decir su nombre” le dijo: “Tú lo tienes muy difícil, chaval. Yo dejaría de hacer estas historias porque en el cine español no se hace cine de acción”.
A él le dio igual y siguió convencido que el cine de género era su camino. Tras aquellos cortos con los que “la gente se partía el culo en los festivales”, en 2015 llegó su primer largometraje, ‘El Desconocido’ protagonizado también por su gran amigo Tosar, con el que recibió ocho nominaciones a los Goya y se llevó se llevó dos premios (mejor montaje y mejor sonido). Ahora vuelve a la carga con “ese tipo de cine que demanda el espectador”.
Y lo hace convencido de que “si le damos lo mismo que de le da el cine americano, con nuestras historias puede resultarle también muy atractivo”.
De la Torre reconoce que hace pocos años “era inviable” hacer una película como La sombra de la Ley que ahora ha sido posible, principalmente, “gracias a las tecnologías y los efectos digitales”. “Estamos avanzando y estamos abriendo puertas”.
Evolución
“Nosotros con esta película hemos abierto una. Lo que mola es que seguimos evolucionando y el espectador tiene nuevas propuestas”, insistió. Una propuesta que De la Torre afrontó con el objetivo de, sin convertir el filme “en una fiesta de disfraces”, representar fielmente y de forma inmersiva una Barcelona prácticamente tomada por el crimen organizado y los pistoleros. Una ciudad que, dejando de lado el tema de la Ley Seca, era prácticamente como el Chicago de las películas de Al Capone.
“Antes de leer el guión era consciente de la convulsión sociopolítica de la época, pero no sabía que era una Barcelona de ‘pistolerismo’ ni que hubiese sicarios y que muchos de ellos pertenecían a la propia policía”, reconoció Tosar para, acto seguido, apostillar que “políticos corruptos los ha habido en todas las épocas, y siempre ha sido así, pero algo tan organizado y dentro de la policía… nos lleva a otras culturas y otras cinematografías”, aclaró ante los medios.
