La llegada de la llamada ‘cuarta revolución industrial’ en la que las nuevas tecnologías han dado un vuelco al modelo económico de las últimas décadas ha obligado al tejido empresarial a readaptar sus sistemas para no desanclarse del desarrollo. Así, en los últimos 30 años, las principales capitales han desarrollado contenedores empresariales relacionados con la investigación y el desarrollo de las nuevas tecnologías, cuya implantación ha conseguido no solo crear riqueza y empleo, sino transformar el entorno en el que se ubican.
Los parques tecnológicos, su evolución, su desarrollo y su futuro, serán uno de los ejes temáticos del foro ‘Centros de innovación: Motores de desarrollo local y empleo en los territorios’ que tendrá lugar mañana martes (11,30 h.) en la sala de conferencias de La Alhóndiga organizado por EL ADELANTADO y el Ayuntamiento de Segovia con el patrocinio de Telefónica; donde el presidente de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE) Felipe Romera será el encargado de dar a conocer la génesis y el futuro de estas iniciativas empresariales.
Para Romera –que dirige el Parque Tecnológico de Andalucía en Málaga- los parques tecnológicos han conseguido en apenas tres décadas transformar el entorno socioeconómico en el que se ubican, y también favorecer “un cambio cultural en torno a la innovación cono instrumento para el desarrollo económico”. Así, señaló que en este tiempo “España cuenta ya con muchas experiencias positivas en este ámbito”, y puso como ejemplo el propio Parque Tecnológico de Andalucía, que alberga ya a cerca de medio millar de empresas y da empleo a más de 20.000 trabajadores, generando ya el 20 por ciento del Producto Interior Bruto de la ciudad de Málaga, en la que se ubica.
El presidente de APTE asegura que el ejemplo de Málaga “es escalable a cualquier otra ciudad, siempre pensando en un horizonte de desarrollo medio del proyecto de unos diez años, que es cuando se puede evaluar el impacto que provoca en el tejido socioeconómico del entorno en el que sea implantado”.
Romera asegura que la implantación de empresas y negocios relacionados con el I+D y las nuevas tecnologías “está llegando sí o sí” al modelo económico español, y las economías locales no pueden ser ajenas a este cambio de rumbo en el ámbito productivo. “Las Big Data, los coches conectados, las ‘smart cities’ y todos los productos relacionados con las nuevas tecnologías están ya ocupando un sitio que aunque parezca que es pequeño no deja de crecer -asegura – y es importante de cara al futuro más inmediato contar con espacios de desarrollo capaces de integrarse con la economía local”.
En el caso de Segovia, Felipe Romera apuntó que la ciudad reúne las características idóneas para poder desarrollar un parque tecnológico, dada su cercanía a grandes urbes como Madrid o Valladolid, y valoró el esfuerzo realizado para poner en marcha un proyecto como el Centro de Innovación y Desarrollo (CIDE) vinculado a las nuevas tecnologías porque un proyecto de esta índole “posiciona de manera muy adecuada la economía local para los próximos años”.
Para que este proyecto y cualquiera de esta índole que se vaya a poner en marcha, considera que es necesario “un apoyo institucional largo en el tiempo con independencia de los cambios políticos que se produzcan, y por otro lado, intentar mantener y atraer el talento y la cualificación del personal, porque estas empresas necesitan profesionales muy cualificado”.
En cuanto a la formación, Romera considera “esencial” la colaboración con los centros universitarios, cuya contribución haga posible un ‘mix’ “donde la empresa, la formación y la sociedad creen un ecosistema favorable para el desarrollo de un proyecto que no se va a materializar en un año, en dos o en cinco, pero si se pone firme el rumbo, el éxito está garantizado”.
