El Gobierno informó de que no aprobará la senda de reducción de déficit y de deuda hasta no haber eliminado el veto del Senado a la misma en una modificación de la Ley de estabilidad presupuestaria.
Así lo confirmó la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, que aseguró que una vez se apruebe esa reforma se encontrarán “en condiciones de aprobar la senda y de hacer unos Presupuestos”, y que hasta entonces estará “pospuesta”.
Para reformar esta ley orgánica, el PSOE registró una proposición de ley junto a Unidos Podemos, Esquerra Republicana y Compromís. Calvo informó que los grupos solicitaron la tramitación por la vía de urgencia y en lectura única.
Esto acortaría los plazos de tramitación parlamentaria a la mitad, ya que no tendría que pasar por la fase de ponencia y comisión, sino que la norma podría aprobarse únicamente en sesión plenaria. Para ello, la iniciativa deberá contar con mayoría absoluta, al tratarse de una modificación de ley orgánica.
REFORMA POR DECRETO
Por otro lado, Calvo aseguró que en ningún momento el Gobierno barajó la posibilidad de aprobar esta reforma a través de la aprobación de un decreto ley, como sí que llegó a plantear el partido con el que el Ejecutivo pactó el cambio en la Ley de estabilidad, Unidos Podemos.
“No ha estado nunca la posibilidad de la reforma de la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria por la vía de real decreto”, sostuvo la vicepresidenta del Gobierno, que declinó valorar posibles acuerdos o renuncias, dentro del marco de negociación abierta con la coalición de izquierdas.
“De momento, estamos en otro espacio: en la modificación de la Ley orgánica (de estabilidad presupuestaria), estaremos en una senda de gasto, y después entraremos en los Presupuestos”, manifestó, antes de ofrecer su voluntad de diálogo “con todos los grupos”.
“Estamos haciendo algo bastante normal en una democracia, que es intentar encontrar acuerdos para un objetivo que merece la pena, el crecimiento de nuestros Presupuestos para recuperar derechos de bienestar”, aseveró, señalando que el Gobierno “estará dispuesto” a llegar a acuerdos con “quienes se sientan concernidos a esto”.
VETO DEL SENADO
Calvo incidió en la importancia de poder aprobar la senda de estabilidad presupuestaria pactada por el Gobierno con la Comisión Europea, que eleva del 1,3% al 1,8% el déficit para el conjunto de las administraciones en 2019. Aun logrando el respaldo del Congreso (no lo encontró en una primera votación en julio), el PP podría tumbar la senda al contar con mayoría absoluta en el Senado.
Una “situación excepcional e inentendible para la configuración constitucional de las dos cámaras”, dijo la vicepresidenta, derivada de la reforma realizada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. Este cambio normativo otorgó al Senado una posición decisiva, pese a que en el resto de iniciativas es el Congreso el que dirime un eventual rechazo de la Cámara Alta.
“La tramitación ordinaria a la que nos aboca la Constitución y el reglamento de ambas cámaras es que las leyes vuelvan al Congreso”, subrayó Calvo, recordando que la reforma se realizó “contra la opinión del Consejo de Estado” en su informe preceptivo.
