El centro cultural de Villovela de Pirón, adornado para la ocasión, se llenó de gente el pasado fin de semana para homenajear al gran ciclista profesional Joaquín Migueláñez, en el 25 aniversario de su victoria en la Vuelta Ciclista a Segovia de 1993. Disfrutaron mucho cuando su vecino ganó la Vuelta Ciclista a Segovia, y así se empezó a conocer más Villovela. El acto lo inició su hermana Arancha Migueláñez, quien emocionada, manifestó que “estamos aquí reunidos para celebrar tu victoria en la Vuelta a Segovia; en realidad este 25 aniversario es la excusa que hemos encontrado para rendirte este homenaje, por tu trayectoria deportiva, pero sobre todo porque te admiramos como persona, eres un ejemplo para todos nosotros”. “Tu andadura como ciclista —continuó su hermana— surgió de modo anecdótico, casual y entrañable, tras un reto de tu tío Tinín, que te dijo que si ibas con él a coger paquetes te regalaba una bicicleta de cambios. La bici llegó, una BH azul y te la entregaron en las fiestas de Escarabajosa de Cabezas, qué casualidades de la vida, había una carrera de bicis y quedaste el segundo, ya apuntabas maneras”.
Su hermana recordó que Pedro Álvaro, que llevaba un grupo de ciclismo en Cantimpalos, poco a poco fue metiéndole a Joaquín el gusanillo en el cuerpo, comenzando así su carrera. Formó parte de distintos equipos: Ciclos Álvaro, Renault, Cropusa, Santa Clara, con los que obtuvo victorias en solitario. Siempre decía Joaquín que esprintaba “con la rueda cuadrada”.
Corría y toda la familia disfrutaba, por las carreteras de Segovia, que llenaron con su nombre y el de Villovela de Pirón. Por su trayectoria y una gran temporada, Joaquín Migueláñez también fue nombrado mejor deportista segoviano y nominado a mejor deportista de Castilla y León. Y dio el salto, pasó a profesional; costó porque en ese momento estaba Miguel Indurain, que lo ganaba todo, pero Migueláñez llegó. En la Vuelta Ciclista a España demostró que a pesar del calvario que pasó, con caídas, gastroenteritis… consiguió su objetivo de llegar a Madrid y pasear por la Castellana.
En este intervalo de tiempo, 25 años, la vida del del Villovela ha cambiado, formando una familia. “Ellas (su mujer y su hija) son ahora tu motor, por eso queremos que estén aquí cerca de ti para que el disfrute de esta vivencia sea para ti completo”. comentó su hermana.
A lo largo de estos años el ex ciclista ha abanderado los valores deportivos, compromiso, trabajo en equipo, esfuerzo, responsabilidad, convivencia, perseverancia, obediencia, cuidado de la salud, etc. “Te queremos mucho Joaquín, te queremos porque te has hecho querer”.
Hubo entrega de regalos por parte de su familia, de la Asociación la Panera, de su gran amigo Juan de Santiago, de sus amigos los Pollancos, y de sus fieles y queridos amigos de la Unión Ciclista Cantimpalos, que todos los años realizan una prueba en honor a Joaquín Migueláñez.
