La cárcel de Comayagua, ubicada en la carretera que une a Tegucigalpa con la ciudad de San Pedro Sula, fue ayer pasto de las llamas. Por motivos que aún se desconocen, se originó fuego en uno de los módulos y pronto se generó un incendio que se extendió por toda la instalación y que acabó con la vida de al menos 357 internos. Tras esta dura tragedia, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, suspendió a todas las autoridades penitenciarias.
Las causas del siniestro no están claras. Aunque inicialmente se había informado que podría tratarse de un motín o un intento de fuga de la prisión, otras fuentes apuntaron a que el incendio pudo generarse por un cortocircuito.
Según el director de los centros penales en el país, Danilo Orellana, «no se trata de un levantamiento, tomaron fuego varios módulos y se investigan las causas». El responsable de instituciones penitenciarias confirmó que «la mayoría murió por asfixia». Las llamas habrían afectado a cuatro zonas de la cárcel, donde muchos de los presos quedaron atrapados sin salida en sus celdas, mientras que otros trataron de huir por el tejado y fueron reagrupados.
Precisamente, la prisión, en la que había entre 800 y 900 reclusos si bien su capacidad solo sería para unos 400, es un complejo agrícola en el que los reclusos se dedican, entre otras actividades, al cultivo de hortalizas y la cría de cerdos.
Orellana reconoció que hay tantos cadáveres que se han tenido que pedir cámaras frigoríficas a Tegucigalpa. Comayagua se encuentra a 90 kilómetros al norte de la capital. Según Orellana, lo más probable es que los cuerpos de las víctimas se instalen en un campo de fútbol, «porque son tantos» que hace falta un espacio grande.
Por otro lado, el presidente Lobo anunció, tras una reunión con el Consejo de Seguridad, que suspende a todas las autoridades penitenciarias de la nación centroamericana para garantizar una mayor transparencia en las investigaciones que se realizarán para averiguar las causas del suceso. «Haremos todo lo posible para determinar qué fue lo que provocó esta lamentable e inaceptable tragedia y deducir las responsabilidades», advirtió.
