“Días mejores”, obra firmada por el estadounidense Richard Dresser a finales de los 80, aborda una temática que no podría ser de mayor actualidad. Sus protagonistas son un grupo de jóvenes que viven al borde de la exclusión social y a los que un revés de la vida, como perder su empleo en plena crisis, hace caer de lleno en la marginación, malviviendo con trabajos de cuarta y ocupaciones que bordean la delincuencia, cuando no caen plenamente en ella.
Vamos, que la situación por la que atraviesan Ray, Faye, Phil, Arnie y Crystal, con Iglesia de la Divina Garantía o sin ella, con problemas de drogas o no, es seguramente aplicable a muchas personas que ahora han perdido su trabajo y no tienen acceso a ayudas públicas, escasas en un país como Estados Unidos. Hace unos días, incluso leía en un periódico que, como hace el grupo, ya hay gente que ha empezado a quemar su coche para cobrar el seguro.
A partir de esta situación, la obra de Dresser, o la versión que Rigola ha hecho y dirigido de la misma, aboga por construir una comedia dramática, o un drama cómico, que termina por no ser ni una cosa ni la otra. “Días mejores” tiene sus golpes de humor, pero ni divierte, ni tiene un calado social, ni hay un posicionamiento de compromiso ante lo que se plantea. Además, a la obra le falta ritmo, tiene baches muy evidentes hacia el tedio, y las casi dos horas de duración se hacen muy muy cuesta arriba.
En algunos pasajes, los que desde una postura bienintencionada podrían calificarse de surrealistas, la obra cae, para mí, directamente en lo ridículo, momentos en general ligados a un personaje insoportable, el mafioso cutre Bill. Su discurso incluyendo el “yes, we can” de Obama o el momento en que atraviesa la pared de la casa con un tigre en los brazos son, sin más, una chorrada sin fundamento alguno.
Lo mejor del montaje son seguramente los actores, que componen personajes creíbles, de la adolescente colgada a los tres amigos con pocas luces, pasando por el citado mafioso. Lo que me pregunto es para qué andar creando personajes para no contar casi nada.
FICHA ARTÍSTICA
Espectáculo: Días mejores, de Richard Dresser. Versión de Álex Rigola.
Compañía: Teatro de la Abadía.
Reparto: Ernesto Arias, Irene Escolar, Lino Ferreira, Ana Otero, Tomás Pozzi y Marc Rodríguez.
Escenografía: Max Glaendel y Estel Cristiá.
Vestuario: Berta Riera.
Iluminación: Maria Doménech.
Dirección: Álex Rigola.
Lugar: Teatro Juan Bravo.
Fecha: Viernes, 3 de abril de 2009.
