El presidente de la Generalitat de Cataluña, Joaquim Torra, abandonó ayer junto a la delegación catalana que le acompañaba un acto en Washington por considerar “intolerable” el discurso que pronunció el embajador de España en Estados Unidos, Pedro Morenés, en el que negó que existan presos políticos en el país.
El acto se trataba de la recepción de apertura del SmithSonian Folklife Festival, del que Cataluña es la cultura invitada junto a Armenia, según explicó el Govern en un comunicado.
Tras la intervención de Torra, Morenés le replicó con un discurso en el que negó que en España haya presos políticos, y que para el presidente catalán fue “ofensivo” con Cataluña y sus instituciones.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Borrell, defendió, a su llegada a Marruecos, al embajador de España en Estados Unidos, Pedro Morenés, frente al presidente catalán, Joaquín Torra: “No podía permanecer impasible ante los ataques dirigidos contra España y su sistema judicial”.
En opinión de José Borrell, este incidente “se veía venir” porque, precisó, “desde que llegó a Washington el señor Torras empezó a efectuar declaraciones atacando muy duramente a la calidad democrática de España, a su sistema judicial, tachando a la Diplomacia española de tenebrosa y otros adjetivos calificativos por el estilo”.
Por ello, el ministro de Exteriores considera que “el embajador dijo lo que tenía que decir” ya que “ningún embajador de España puede permanecer impasible delante de los ataques que el señor Torra dirigió a España, a sus sistema político, hablando de presos políticos, de represión”.
Además, Borrell añadió que Pedro Morenés realizó su discurso “sin descalificar a nadie, simplemente explicando la realidad de nuestro sistema político y judicial”.
La Conselleria de Acción Exterior de la Generalitat hizo llegar al gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, el malestar el Govern por la “agresión verbal” al presidente Quim Torra del embajador de España en Estados Unidos, Pedro Morenés.
“Es incomprensible que aún hoy se produzcan este tipo de escenarios de agresión verbal en un acto institucional. No parece en ningún sentido aceptable y es contradictorio con una retórica de diálogo que se pregona desde el Gobierno central”, expuso.
