Ruido de motor, goma quemada y muchas chaquetas de cuero pudieron verse el pasado sábado en la villa cuellarana, que retomó una de sus citas anuales tras dos años de parón. Esta vez ha sido la agrupación FV Motorbox, que con miembros de varias localidades de alrededor de Cuéllar y vecinos de la misma, consiguieron que esta tradición volviera con fuerza.
Desde por la mañana lograron que los aledaños de la Plaza de Toros estuvieran tomados por las motos y sus dueños, que llenaron de movimiento y el sonido de sus motores la jornada. De carretera, de cross, quads y cualquier tipo de moto pudo encontrarse en esta concentración que vino a recuperar un sentimiento para muchos cuellaranos. Después de una ruta por las carreteras cercanas y hasta la localidad vallisoletana de Íscar, el vermú lo realizaron por la parte norte de Cuéllar, para degustar seguidamente la paella popular. Por la tarde, los juegos de motos llenaron la Plaza de Toros, justo en el ruedo, en un gran ambiente motero que se respiraba por todos los alrededores del lugar.
El punto clave de la tarde fueron las exhibiciones stunt realizadas en la Avenida de los Toros. Los profesionales de la localidad de Peñafiel, Daniel de los Ríos y Mario Cano, demostraron su manejo de la moto con increíbles piruetas. Sin manos, de pie sobre ella, a una rueda y de cualquier forma, dejaron claro que ellos dominan a la máquina y dejaron al público muy sorprendido. Para finalizar la jornada, la ruta nocturna lleno de luz, más ruido y pitidos las calles de Cuéllar, para despedir un día de motos que se espera vuelva al año que viene. Dj Javitonight puso el broche final con su música en la Plaza de Toros para cerrar esta concentración que llenó Cuéllar de aficionados y que volvió a poner de manifiesto que el espíritu motero en la villa sigue muy vivo. La aceptación del público ha sido más que un éxito, y la satisfacción también, por lo que se espera que el año que viene, vuelva con más fuerza si cabe.
