Holanda ha necesitado 36 años y ocho Mundiales para infligir a Brasil una dura derrota, que llegó ayer mediante una remontada en Puerto Elizabeth, y que deja a la ‘oranje’ en semifinales y a la ‘canarinha’ decepcionada.
La magia de la dupla integrada por los ex madridistas Wesley Sneijder y Arjen Robben, unida a la negativa actuación de Felipe Melo, pese a su eficaz asistencia a Robinho en el 0-1, fue demasiada para los pupilos de Dunga.
Los sudamericanos habían eliminado a los europeos en Estados Unidos’94 y en Francia’98, y la escuadra de Bert van Marwijk cumplió su venganza.
Ni pirotécnico, ni de desbordada técnica. Holanda planteó desde el pitido inicial un juego provocador de constante roce, que en pocos minutos trajo un partido excesivamente cortado por las faltas, debido a que los rivales tampoco se quedaron atrás.
No tardó en observarse una actitud curiosa de Robinho, a quien se conoce por su casi permanente sonrisa, pero al que en esta ocasión se vio muy tenso.
En la primera oportunidad que tuvo, se le contempló bramando en el rostro de un rival, mientras Nigel de Jong, su ex compañero en el Manchester City, buscaba aplacar su ira.
El enfado le duró hasta la recta final del partido, cuando criticó a Robben por, según él, perder mucho tiempo en el suelo.
Más allá de esto, cabe reconocer que cuajó una actuación positiva a nivel individual. A los ocho minutos, le fue anulado un gol por posición irregular.
Sin embargo, poco después sí desequilibró la balanza. Recibió libre de marca un pase profundo de Felipe Melo y, sin pensárselo y con la pierna derecha, batió al arquero gracias a un tiro seco.
Dirk Kuyt tuvo el empate, pero su disparo acabó desviado al córner por Julio César.
A continuación, se vivió una sucesión de duras fricciones entre piernas ‘azules’ y ‘naranjas’. Por momentos, parecía que el árbitro japonés Yuichi Nishimura había perdido el control.
La jugada más vistosa hasta el descanso surgió a los 31 minutos. Robinho se deshizo en una baldosa de De Jong y Van der Wiel, dejó también atrás a Heitinga y, cuando ya se caía, pasó el balón a Luis Fabiano, que de tijera lo sirvió en el centro del área a Kaká.
El del Real Madrid midió la parábola y despachó la bola hacia la escuadra izquierda, adonde voló con acrobacia Stekelenburg para ahogar el grito de gol.
Se produjeron más combinaciones acrobáticas, a las que se sumaron Dani Alves y Luis Fabiano, y también apariciones que pudieron terminar en diana, como la de Juan, con un remate por encima del larguero, o la de Maicon, que anidó el balón en la red exterior con un potente remate.
Mala suerte
En el segundo acto, Brasil pretendía asegurar su éxito, pero se topó con un lance desafortunado y a partir de ahí ya no fue la misma.
A los 55 minutos, Arjen Robben asistió a Wesley Sneijder, quien envió desde la derecha el balón con pierna zurda. El centro no parecía complicado, pero en el aire chocaron por falta de comunicación Felipe Melo y Julio César.
El error compartido trajo el 1-1 y frustró tanto al arquero, que apenas había sido exigido hasta entonces, como al medio, malquerido por su juego duro.
Holanda ‘se creció’ y el adversario, que era uno de los principales favoritos para ganar el título, no reaccionó como se esperaba. La consecuencia de esto parecía clara, y llegó: el 2-1.
En un córner desde la derecha impulsado por Robben, hubo un doble cabezazo ante la mirada de los ‘cariocas’, primero de Kuyt y a continuación de Sneijder, para llevar la pelota a la red.
La expulsión de Felipe Melo terminó de complicar la labor de Brasil, que había neutralizado las críticas con su argumento de que los resultados acompañaban a la escuadra. Ya no.
