Investigar el pasado, cuestionar la historia oficial, desde el arte, con sensibilidad, con tesón para hurgar en viejas heridas, algunas supurantes todavía, y conocer la verdad del horror por dura que resulte, ha sido y es la tónica del trabajo del artista checo Jirí Sozanský, que está considerado como uno de los referentes más significativos de la creación checa contemporánea. ‘La casa miedo’ muestra hasta el 13 de mayo en La Cárcel_Centro de Creación una serie de instalaciones, pinturas, obras escultóricas y collages de vanguardia que introducen al espectador en las cárceles comunistas de Checoslovaquia.
Como en un demente juego de la oca, de cárcel a Cárcel, Sozanský revive el terror de presos políticos en un espacio que también fue prisión para represaliados del Franquismo hasta la llegada de la democracia en 1977.
Para esta exposición se sirve de cuatro experiencias personales que se vieron afectadas por la brutalidad del régimen comunista en sus diversas fases: la política socialista Milada Horáková, ahorcada en los años 50, encarnación de la resistencia contra el régimen estalinista; Závis Kalandra, crítico literario y periodista; Ivan Martin Jirous, cabeza del underground en los años 70 y el poeta católico Jan Zahradnícek.
El nombre de la muestra de Segovia está inspirado en una colección de poemas que este último escribió en la cárcel, que tituló ‘La casa miedo’, notas clandestinas que un carcelero simpatizante sacó de la prisión, exponiéndose a un gran peligro, y que conservó en el interior de vasos de vidrio sellados con cera y enterrados en su jardín.
Sozanský nació cuando Horáková y Kalandra fueron ejecutados como enemigos del Estado, tras un simulacro de juicio. El artista vivió toda su niñez expuesto a la propaganda del régimen comunista, de un gobierno totalitario que intentó borrar de la memoria colectiva por completo a los opositores del régimen y la tradición cultural anterior al golpe de estado del 48, si no coincidía con la ideología oficial.
Su obra es una lucha contra la historia oficial, un constante intento por recuperar esa memoria aniquilada que considera que la democracia actual en Chequia y Eslovaquia no ha querido reivindicar o redimir.
Reconoce este artista checo, en una entrevista de radio publicada con motivo de esta exposición en Segovia, que parte de sus propias emociones y no de la responsabilidad ciudadana de mostrar la verdad, sino por interés egoísta, porque forma parte de su historia personal, del proceso de conocerse.
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Al igual que para él la obra literaria ‘1984’ de Orwell fue toda una revelación, su reflexión desde el arte es un aviso a la sociedad actual de las peligrosas tendencias antidemocráticas que toman fuerza en la actualidad: el control y la falta de pluralidad en los medios de comunicación o el impacto de las noticias falsas, la recogida masiva de datos personales a través de internet y redes sociales y, en definitiva, nuevas formas de represión mucho más sofisticadas que pasan desapercibidas.
Desde el Centro Checo de Madrid, que organiza la exposición junto al Ministerio de Cultura de la República Checa, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Symposion, la galería de Bohemia Central GASK y otra instituciones como el Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios, advierten que ‘La casa miedo’ “engulle al espectador en un mundo claustrofóbico y angustioso a través de un lenguaje visual crudo y brutal plasmado sobre múltiples soportes artísticos que se adentra tanto en la vulnerabilidad del individuo como en el lado más oscuro de la especie humana”.
Este amante de las pinturas negras de Goya dijo en Segovia el pasado día 13 que las dictaduras sufridas unen la cultura española con la checa. El miedo habita la Historia.
