Centenares de españoles festejaron en la jornada de ayer el Día del Libro, jornada marcada en el calendario de los amantes de la literatura para conmemorar el fallecimiento de dos de los grandes de las letras internacionales, William Shakespeare y Miguel de Cervantes.
Si bien la cita con la literatura tiene la puerta abierta en todo el territorio nacional, cobra un especial sentido en Cataluña, donde se celebra Sant Jordi. Así, la tradición dice que en este día se debe regalar una rosa a las féminas y un libro en el caso de los varones.
Así, las calles de Barcelona se engalanaron con flores y puestos ambulantes donde adquirir cualquiera de los dos objetos icónicos de la festividad literaria.
Como detalle principal de la jornada, varios de los autores del momento se congregaron en los diferentes stands de las librerías, haciendo las delicias de quienes se acercaron a conseguir una firma en sus ejemplares.
Entre ellos, el escritor Joan-Lluís Lluís, ganador del Premi Sant Jordi 2017 con la novela ‘Jo sóc aquell que va matar Franco’, quien mostró su felicidad de participar en la Diada con el libro premiado, y dijo: “Tenemos que matar a Franco cada día, porque no murió en 1975, sino que entró en un estado de hibernación”.
En una atención a los medios en el tradicional desayuno de Grup62 para dar el pistoletazo de salida al baño de masas con los lectores, Lluís lamentó que el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, no pueda participar en la fiesta.
“Es horroroso que no pueda participar. Cuando salga de la cárcel le pediremos que llame a todos los premiados de la Nit de Santa Llúcia para poder celebrar con él, pero la espera se hace larga”, dijo.
Sobre Sant Jordi, destacó que se trata de una fiesta “envidiada y admirada” por la que bajaría a pie a 200 kilómetros desde Perpiñán, aunque dijo que no lo ha tenido que hacer.
“Sant Jordi es la fiesta del libro más grande y más bonita del mundo, que cada año se actualiza y se reinventa”, festejó el autor, acompañado de Antoni Bassas (Premi Josep Pla) y Martí Gironell (Premi Ramon Llull).
Entre otros autores, el hispanista Ian Gibson aplaudió la celebración de la Diada de Sant Jordi y reivindicó la lectura y el libro, que cada vez lo tiene más difícil: “Solo creo en la lectura”.
En el transcurso del desayuno de escritores en La Virreina, aseguró que lo va a pasar estupendamente con los lectores, y que se siente “el último superviviente” de su promoción de hispanistas.
Continuidad
Por su parte, el escritor barcelonés Luis Goytisolo declaró que está convencido de que “el libro electrónico no acabará con la Diada”, aunque admite que es muy difícil saber cómo evolucionará Sant Jordi por la rapidez de la tecnología.
Goytisolo está satisfecho de publicar la reedición de su debut narrativo hace 60 años ‘Las afueras’, y vive la jornada “con prisas” porque acostumbra a llegar tarde.
Además, dio ánimos a los escritores noveles, a quienes aconseja que “si de verdad les gusta esta profesión, sigan escribiendo, porque es uno de los oficios más bonitos del mundo”.
Finalmente, el escritor y periodista Juan José Millás destacó, después de darse un baño de masas de lectores firmando libros por Sant Jordi, que “el lector es tan listo, tan inteligente y tan cariñoso como siempre”.
Millás se mostró encantado de participar en la fiesta que le aporta tanto “contacto con el lector”, al que valoró especialmente por aportarle unas conversaciones tan agradables. Como curiosidad, explicó su necesidad de tomarse antihistamínicos para afrontar una jornada de sol y buen tiempo.
