El Museo del Prado presentó la exposición ‘Rubens. Pintor de bocetos’, que estará hasta el próximo 5 de agosto y reúne un total de 73 obras de este “inventor del boceto, con matices”, tal y como explicó uno de los comisarios de la muestra y jefe de conservación de pintura flamenca de la pinacoteca, Alejandro Vergara.
“Cuando Rubens muere, ha pintado cerca de 500 bocetos y es por entonces una idea muy moderna. Estamos en el principio de la historia del boceto y Rubens da los primeros pasos para entender esto como una de las muchas maneras de crear una obra de arte: de hecho, va a sorprender al ver obras que no se piensa que puedan ser bocetos”, explicó Vergara.
La práctica de realizar bocetos al óleo como parte de la preparación de un cuadro se inició en Italia en el siglo XVI. Artistas como Polidoro da Caravaggio, Beccafumi, Federico Barrocci, Tintoretto o Veronés fueron los primeros que utilizaron bocetos pintados al óleo como herramientas para probar sus ideas a la hora de pintar un cuadro.
Sin embargo, lo hicieron en muy contadas ocasiones porque utilizaban sobre todo el dibujo para preparar sus obras. Basándose en estos precedentes, la innovadora aportación de Rubens consistió en ampliar ese proceso preparatorio incluyendo sistemáticamente imágenes pintadas al óleo y en soportes más duraderos que el papel.
Para esta exposición se han logrado reunir 73 de estos bocetos pintados al óleo entre los que se incluyen cinco pequeños bocetos para las Pinturas del techo de la iglesia de los jesuitas de Amberes de los museos Ashmolean en Oxford, Boijmans en Róterdam, la galería Národni en Praga y la Gemäldegalerie de Viena.
Sobre estas obras, Vergara recordó una anécdota en torno al propio Rubens, que “ya está reconocido” y empieza a surgir el interés hasta por sus bocetos. La iglesia de los Jesuitas de los Amberes le pidió quedarse esos bocetos para una obra que había encargado, pero el autor prefirió darles otro cuadro además del encargo antes que esos dibujos previos.
Entre otras obras de la muestra, la Serie de Aquiles, que se completa en la Galería Central del edificio Villanueva donde se expondrá un boceto propiedad del Fitzwilliam Museum de Cambridge junto a la pintura Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes de Rubens y taller, del Prado; y la Serie de la Eucaristía conservada por el Prado y a la que se une un boceto procedente del Art Institute de Chicago.
También Vergara hizo un inciso en “un cuadro peculiar” y que sirve de epílogo a la exposición: el de la hija de Rubens cuando tenía seis años. “Llama la atención lo abocetado de la estética y que aún así nos ofrezca tal proximidad”, destacó, tras hablar de “un pintor muy humano, cultísimo y con una de las mayores bibliotecas de Europa”.
Los seis bocetos del Prado que pintó Rubens para esta serie fueron sometidos a un importante proceso de restauración que se presentó en 2014 en la exposición ‘Rubens. El triunfo de la Eucaristía’, proyecto enmarcado en el Programa de Restauraciones del Museo que patrocina la Fundación Iberdrola España.
También aquí se muestra por primera vez al público una copia manuscrita de un cuaderno perdido de Rubens que incluía textos y dibujos, conocido como Manuscrito Bordes. Se trata del más importante de las cuatro copias conservadas, ya que además de ser una copia directa del original conserva dos dibujos originales del maestro.
