Cuéllar pudo despedir su Semana Santa con una mañana soleada y una temperatura tan agradable que muchos recordaron las inclemencias dle tiempo del Viernes Santo. Ese fue el comentario general ante un día primaveral que al menos permitió salir a las imágenes protagonistas de la procesión de El Encuentro, tradicional del Domingo de Resurrección en la villa cuellarana.
Cada una de las imágenes salió de su respectiva sede; Jesús Resucitado lo hizo primero desde la iglesia de El Salvador, acompañado de los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Seguidamente lo hizo Nuestra Señora de La Soledad desde la propia Soledad, con una bonita “ceremonia” en la que se llama a la puerta tres veces hasta que aparece la Virgen portada a hombros de sus costaleros. La Salve resonó con los tambores y cornetas de la banda de la cofradía, que emprendió la marcha hasta la Plaza Mayor, donde se produciría el esperado encuentro.
Cientos de personas esperaron en el centro de la localidad para presenciar el momento en el que a la Virgen de La Soledad se le despoja de la mantilla negra, símbolo del luto por la muerte de su hijo, y se reencuentra con Jesús Resucitado. Un año más, se procedió a la suelta de palomas como señal de esperanza, ensalzando este momento único en el año. Las bandas de las dos cofradías que participan en esta procesión interpretaron varias obras: ‘Oración’, ‘La Saeta’, ‘Expiración’ y ‘Marcha Real’, al unísono, en el centro de la plaza, emocionando a todo el municipio.
Seguidamente, la imagen de Cristo Resucitado se introdujo en la iglesia de San Miguel para la posterior eucaristía, mientras que la de Nuestra Señora de La Soledad emprendió el camino de vuelta a su lugar de origen estos días, lugar de culto para sus cofrades.
Finaliza así una Semana Santa algo incompleta, en la que muchos cofrades se han quedado con la sensación agridulce de no haber podido procesionar en Viernes Santo, uno de los momentos más esperados, para el ya comienza de nuevo la cuenta atrás.
