Once y media de la mañana en la plaza de los Dolores de La Granja. Arrancan los actos con motivo del ‘Día Internacional de la Mujer’. De fondo suena la canción reivindicativa de Chema Gómez y las mujeres de la plaza empiezan a emocionarse con sus letras, a sentirse grandes, a notar que éste, es su día.
“Yo no leo, que me emociono”. “¡Toma! Por eso no leo yo”. Por el momento ninguna se atreve a leer en manifiesto en voz alta porque, solo con pensarlo, saltan las primeras lágrimas de emoción que lo que realmente esconden es la gran injusticia que sienten que está sucediendo con ellas.
Entretanto el alcalde, José Luis Vázquez, toma el micrófono y pide perdón. Perdón por “la discriminación sistemática que, a lo largo de la historia, os hemos infringido por razón de género”, y manifestó su propósito de enmienda y alertó de “las instrucciones que, seguramente tenéis en vuestros trabajos, para tener claro si tenéis o no” que hacer huelga.
Rosa Martínez, vecina y joven empresaria, se decide a dar la cara y leer. No lo puede evitar y se emociona. La voz le tiembla y se le escapa la primera lágrima, la detonante de que los presentes empaticen, hombres y mujeres, y se emocione una plaza entera.
Las más jóvenes, algunas universitarias, decidieron hacer huelga también, pero de verdad “que sólo por no ir a clase nos habríamos quedado en la cama”. Sin embargo, no acudió ningún chico de su edad. Ni, dicho de paso, ningún político de la oposición, de esos que llevaban días animando a las mujeres a ir a la huelga “o colgar mandiles en sus balcones” (en vez de sujetadores, por ejemplo) y a reivindicar una igualdad real. Nadie de la oposición pasó por allí.
Desigualdad real
El caso es que Elena Alonso y Sara Martín, de 22 años, universitarias ambas, nerviosas y emocionadas colaboraron en la lectura del manifiesto. Aseguran que en la Universidad no notan ninguna discriminación, salvo en algunos casos puntuales, y en su casa tampoco. Y aseguran que ambos progenitores realizan trabajos similares en casa y fuera de ella.
Entonces, ¿por qué hacéis huelga? “Porque es algo real, porque necesitamos que se nos oiga y da rabia llevar tanto tiempo así”. “Las diferencias salariales entre hombre y mujer sólo nos las explicaron un día en clase y en cinco minutos”, reconoce una de ellas, estudiante de la Facultad de Turismo, que recuerda que “en los hoteles, los directivos son casi todos hombres pero las que limpian son casi todas mujeres”.
Ellas aún no han vivido esa discriminación laboral y aseguran que en casa, sus hermanos varones, hacen las tareas igual que ellas pero que “mujeres somos todas, con 15 años o la edad que sea y tenemos que luchar juntas por nuestros derechos”.

