A estas alturas de la temporada en la Segunda División B, resulta menos complicado (que no sencillo) derrotar a los conjuntos situados en los puestos séptimo a undécimo, que hacerlo ante equipos de la zona alta… o de los que se están jugando la permanencia. La Segoviana, que hace cuatro días no fue capaz de superar, aún mereciéndolo, al CD Toledo, sí consiguió batir al Real Madrid Castilla, que se sintió incómodo en La Albuera desde el minuto uno, superados sus futbolistas por un terreno de juego que se fue embarrando por momentos, por un viento racheado que dificultaba los envíos en largo, y por un contrario al que le dio igual el día, el viento y el barro, porque lo que quería era los tres puntos a toda costa.
Abraham, cuyas dotes de estratega se ponen a prueba en cada partido, decidió que la mejor manera de sembrar las dudas en el oponente era colocar a Javi Marcos, Anel y Álex en el centro de la defensa, con Asier y Rubén echando una mano en la salida del balón por los costados cuando era posible, ya que la presión del Castilla obligaba en ocasiones a enviar el esférico hacia la posición de un Agus Alonso que mantuvo un duelo espectacular con el central León. Detrás del delantero azulgrana, Calleja y Fernán trataban de asociarse, con Domingo y Manu sacando la escoba a pasear en el doble pivote.
GOL A LA PRIMERA
Con los dos equipos tratando aún de adaptarse a unas condiciones del campo difíciles, el lateral Reguilón se resbaló cuando quiso controlar un balón sencillo, y tuvo que cortar la progresión de Asier. La falta, botada con calidad por Rubén, fue rematada por Domingo con una increíble comodidad pese a encontrarse dentro del área pequeña. Luca Zidane, portero del Castilla, bastante hizo con echar el balón a un lado, justo donde estaba Anel, que se metió dentro con el esférico para marcar el 1-0.
Con la ventaja en el marcador, la Segoviana se adaptó mejor a lo que le demandaba el partido, y durante los primeros cuarenta y cinco minutos no le discutió la posesión a su oponente, sino que apostó por hacerse fuerte en su sistema defensivo, concediendo muy pocas ocasiones, contabilizando un remate al primer palo de Seoane que se marchó fuera por poco, y otro desde la frontal del mismo jugador, pero veinte minutos más tarde, que Facundo mandó a córner con muchos apuros. El resto del primer tiempo se pasó entre los envíos en largo con más o menos fortuna, (casi siempre menos) del conjunto gimnástico, y la escasa imaginación ofensiva de un Castilla cuyos jugadores siempre tenían dos rivales prestos a arrebatarles la pelota.
EN LA SEGUNDA, MÁS BALÓN
La apuesta de Solari para el segundo tiempo pasó por sumar jugadores a la ofensiva del equipo blanco, buscando el fútbol más directo y menos combinativo teniendo en cuenta que el campo ya no estaba para ninguna floritura. Sin embargo, la apuesta de Abraham fue la de que la Segoviana se defendiera con el balón, por lo que el equipo fue haciendo cada vez más largas sus posesiones, porque el Castilla había despoblado el centro del campo, y Jaume no daba abasto para impedir que Manu, Fernán, Calleja y Rubén tocaran con relativa comodidad.
Esa comodidad estuvo a punto de saltar por los aires en el minuto 54, cuando poco después de que Facundo detuviera con mucha seguridad un lanzamiento que se fue envenenando de Quezada, uno de los pocos errores gimnásticos dejó al delantero Dani Gómez en el mano a mano con el guardameta azulgrana, que le dificultó lo justo la acción para que Anel llegase a despejar sobre la línea el remate del delantero madrileño. 37 años tiene el central gimnástico. Lástima que no haya forma de clonarle.
EN EL ÁREA RIVAL
El paso de los minutos llevó al cansancio, los espacios se fueron abriendo, y los errores se hicieron más evidentes. Agus Alonso estuvo a punto de coronarse con un acrobático remate que besó la cruceta de la portería de Luca, y poco más tarde, el único error de Álex llevaba a Dani Gómez a enviar un balón al área pequeña que no encontró rematador para alivio de la afición local, que apoyó al equipo como en las grandes tardes.
Manu Hernando dispuso de una clara oportunidad a la salida de un córner, pero su remate en el primer palo se estrelló en el lateral de la red. Ese fue el canto del cisne del Castilla, porque los cambios de Abraham surtieron su efecto, la Segoviana encontró un aire extra con Arribas, Quino y Leira, y acabó el partido en el área visitante. Tanto fue así que, en el minuto 90, Quino lanzó un balón al larguero, pero los locales siguieron la jugada con ambición, y el centro de Rubén fue rematado en boca de gol por Dani Arribas, cerrando la victoria de la Segoviana, que se adaptó mejor al campo, y tuvo siempre claro lo que tenía que hacer para ganar el partido.
