La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha incoado diligencias de investigación en relación con el homenaje celebrado este domingo en Andoain a los dos miembros de ETA Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño, implicados en el asesinato de Joseba Pagazaurtundúa, según informan fuentes fiscales.
El Ministerio Público se refiere al recibimiento hecho ayer en dicha localidad guipuzcoana para los dos etarras, condenados por integrar el comando ZIP de ETA y, entre otras cuestiones, por ofrecer información para que la banda asesinara a Joseba Pagazaurtundua en febrero de 2003.
La iniciativa Kalera Kalera les había organizado a las 19.30 horas de este domingo un homenaje a su llegada a Andoain. Igerategi provenía de Badajoz mientras que Otaño del centro penitenciario de Monterroso, en Lugo.
El recibimiento fue condenado por la eurodiputada de UpyD y hermana de Joseba Pagazaurtundúa, Maite Pagazaurtundua, quien exigió a la alcaldesa de Andoain, Ane Karrere (EH Bildu), que lo impidiera.
Caso tritiño
Por otro lado, en cuanto a terrorismo se trata, el histórico etarra Anton Troitiño negó este lunes que se reenganchara a las filas de la banda terrorista tras salir de prisión en abril de 2011 y huir a Londres. “No les he dado ni los buenos días. No tengo ni edad, ni tiempo ni la cabeza para eso”, afirmó durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional.
El fiscal Carlos Bautista pide para Troitiño una condena de 11 años de prisión por integración en organización terrorista al considerar que durante seis años vivió en Reino Unido bajo la “disciplina del colectivo de refugiados” de ETA.
Según el escrito de acusación, Troitiño “se puso de nuevo en contacto con la organización terrorista a fin de que le ayudara a huir de España y así hacer ineficaz la orden de busca y captura” dictada por la Audiencia Nacional. Con ello, añade el Ministerio Público, aceptó “una nueva integración y sometimiento a las instrucciones de la organización en relación con lo que denomina el colectivo de refugiados, que no es sino la rama que agrupa a sus militantes en países que no sean España o Francia”.
Durante su declaración, en la que sólo contestó a preguntas de su abogado, el etarra explicó que cuando salió de prisión y luego la Audiencia Nacional volvió a pedir su reingreso por un error en el cómputo de las condenas, él estaba en casa de su hija en Hendaya y “nadie” fue a buscarle allí.
Como él consideraba que volver a la cárcel era una “injusticia” porque ya había cumplido 24 años y se le había aplicado la ‘doctrina Parot’ (de modo que opina que debería haber salido mucho antes de prisión), decidió marcharse a Londres. Eso sí, negó haber seguido instrucciones de ETA a la hora de huir o sobre dónde vivir allí, y aseguró que los seis DNI falsos que se le incautaron allí se los facilitó un amigo suyo llamado Martin Zabaleta que falleció hace año y medio.
Sin contacto
Así, respondió negativamente a todas las preguntas que le hizo su letrado acerca de si contactó con ETA al salir de prisión o si la banda le dio alguna indicación. “Ni yo me puse en contacto con ellos, ni ellos se pusieron en contacto conmigo. Jamás he tenido contacto desde que he salido”, señaló.
Sobre su vida en Londres, Troitiño reconoció que estuvo viviendo con un condenado por colaboración con la banda terrorista, Iñaki Lerin. Según relató, él conoció al hermano de Lerin en la cárcel y fue su familia y la de éste las que se pusieron en contacto para que el histórico etarra se alojara con él en la capital británica, ya que vivir allí solo es “bastante difícil” porque “todo es muy caro”.
Troitiño insistió en que “en ningún momento” pensó reengancharse a ETA porque ya había cumplido “una condena bastante larga”. Su idea, ha explicado, era vivir en Londres hasta que saliera la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre la ‘doctrina Parot’.
La resolución se dictó en octubre de 2013, pero el etarra no regresó a España, sino que se quedó en Londres, donde trabajaba “repartiendo periódicos por las casas”. En el tiempo que estuvo allí, indicó que “nunca” tuvo contacto con su familia en el País Vasco, a diferencia de Lerín, a quien su familia sí le visitaba.
