Con copos cayendo sobre el barrio de San Lorenzo, sus mujeres celebraron ayer la festividad de Santa Águeda. Lo hicieron como buenamente pudieron. A la vista de que la nieve no pensaba conceder un respiro, acabada la misa se informó que los actos habituales de la alegre función iban a tener lugar dentro de la románica iglesia, donde ayer llamaban la atención los jubones y manteos con los que se habían ataviado las mujeres.
Cubiertas con dos preciosas monteras, Sagrario Tejedor y Carmen Rincón, las alcaldesas de 2018, escucharon atentas la intervención de Carmen Well, gerente territorial de Servicios Sociales en Segovia, nombrada este año ‘alcaldesa de honor’. Comenzó hablando de su “buen recuerdo” de San Lorenzo, de sus primeros años de casada y del nacimiento de su primer hijo allí, para a continuación citar a su madre, “mi referente”. Se refirió luego a las mujeres, pilar de la familia, a las que ensalzó “por su espíritu de lucha, su trabajo, su valentía y por cuidar siempre a quienes nos necesitan”. Y quiso dejar dos mensajes. En el primero, apeló a la responsabilidad de “todas” para que eduquen a niños o nietos en la igualdad hombre – mujer y la no discriminación. En el segundo, reclamó a todos “sensibilidad” en casos de violencia de género, de modo “que nadie mire a otro lado”, queriendo por último lanzar una idea positiva, el de que “hay salida” a esa lacra.
Delante de la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, la pregonera 2018, Natividad de Miguel, repasó la historia de Santa Águeda, para defender a continuación que su fiesta “es la expresión de nuestra cultura” y el reflejo de “quienes éramos, quienes somos y quienes seremos”. Más tarde, María Socorro Sanz recibió el título de ‘aguedera de honor’, y fueron presentadas las alcaldesas 2019, María Carmen Arranz y Josefa Rosa López.
Afuera la nieve no aflojaba, así que quienes quisieron tomarse la ‘tajada’ de chorizo tuvieron que hacerlo en el atrio de la iglesia, recuperando de esa forma una de las funciones primigenias de los pórticos, el de lugar de reunión de la comunidad. Zapatones y su cuadrilla, siempre animosos, ponían la música castellana. No faltó la quema del ‘pelele’, en medio de la plaza, si bien este año el rito no estuvo tan concurrido como otras veces. Efectos de la nieve…
