Los centros educativos de Castilla y León alertarán y derivarán a los Servicios Sociales los posibles casos de violencia de género que detecten, entre sus alumnos o en el ámbito familiar de los estudiantes. Para ello, contarán con una guía de actuación que les dará pautas a los docentes y un futuro protocolo de actuación.
Así lo explicaron los consejeros de Familia e Igualdad de Oportunidades y de Educación, Alicia García y Fernando Rey, respectivamente, presentaron esta Guía de actuación, que pretende ser una herramienta con la que se busca la implicación del profesorado, a disposición del cual pone los conocimientos y mecanismos necesarios en la lucha contra la violencia de género.
Además, en base al contenido de esta guía se trabaja en un protocolo concreto de actuación a aplicar en todos los centros educativos de la Comunidad que se pondrá en marcha con carácter experimental a lo largo de este curso educativo 2017/2018.
Compromiso juvenil
La titular de Familia e Igualdad de Oportunidades destacó que esta iniciativa supone un nuevo paso en el compromiso de la Junta con los jóvenes, los menores y los adolescentes en la prevención de la violencia de género, en el que ya se viene trabajando a través del modelo ‘Objetivo Violencia Cero’.
García incidió en que en España, a lo largo de 2017, hubo ocho casos de menores que fallecieron víctimas de violencia de género, un problema que debe generar alerta.
Por su parte, Fernando Rey calificó esta realidad que supone la violencia de género de “inaceptable” y ha destacado la importancia de la educación así como la utilidad de una guía como la que se elaboró y el futuro protocolo.
La Guía de actuación es un documento dirigido a todos los centros de enseñanza de la Comunidad disponible en la web de la Junta que pretende ser un manual orientativo de actuación para los profesionales de estos centros, para lo que facilita información, indicadores y establece pautas de actuación para la detección y prevención de cualquier situación de violencia de género, así como su correspondiente derivación a los Servicios Sociales.
Alicia García explicó que, para ello, se establecen las pautas de detección de posibles situaciones de violencia de género, con especial atención a alumnas de secundaria, bachillerato y formación profesional básica, ya sea un posible caso ejercido por un alumno del centro o por alguien externo al mismo.
En este sentido, se contemplan también las pautas para la detección de posibles situaciones en el ámbito familiar de los alumnos de los centros.
Detección de casos
Una vez que se detecte o se sospeche de una situación de violencia de género contra una alumna, las pautas indican que el centro educativo se dirigirá al CEAS, que asignará a la víctima un ‘coordinador de caso’ que le atenderá de forma personalizada en función de sus necesidades.
Si lo que se detectara en un alumno fuera un caso de violencia en el entorno familiar, se prevé facilitar información a la madre o tutora legal acerca de los recursos disponibles y del CEAS que le corresponde por domicilio para que el coordinador de caso que se le asigne la pueda ayudar.
El coordinador de caso valorará la situación de violencia de género de cada víctima, su vulnerabilidad social, sus necesidades sociales y elaborará un plan de atención integral, que garantice la atención personalizada o la intervención de los especialistas necesarios, además de informar, aspecto este que también recoge la Guía, sobre todas las prestaciones y recursos de la Red de atención que tienen a su disposición.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades subrayó que, para facilitar esta coordinación de la información entre el sistema educativo y el de Servicios Sociales se ha diseñado dentro del sistema informático de los Servicios Sociales un módulo compartido de detección y notificación.
La Guía marca los pasos a seguir, no solo respecto a la atención a la víctima, sino también respecto al agresor o maltratador, poniendo también a su disposición programas de ayuda como el ‘Fénix’, basado en el tratamiento psicológico a maltratadores.
