El encuentro ‘trampa’ para el Viveros Herol Nava terminó en disgusto para el equipo segoviano, que pese a mandar en el marcador durante 55 minutos no fue capaz de tener el control del partido real en ningún momento, y que en los momentos decisivos se encontró con un portero en estado de gracia, más un lanzador en ese mismo estado… y una pareja arbitral que remó a favor de obra en los noventa segundos finales. Pero ello no puede borrar el partido del equipo segoviano, quizá el peor de toda la temporada.
Señalaba Dani Gordo la tremenda importancia que iba a tener para la suerte del encuentro iniciar el mismo con la misma intensidad (por lo menos) que el equipo de casa, y los jugadores naveros lo entendieron a la perfección. Con una defensa bien acoplada, más Yeray echando el cerrojo en los primeros minutos, el Viveros Herol Nava fue estableciendo las primeras diferencias.
Pero en la portería de enfrente se situaba otro buen guardameta, Jordi González, que no tardó en dar confianza a sus compañeros gracias a sus intervenciones, impidiendo con ellas que el equipo segoviano se fuera en el marcador más allá del 0-4 con el que se cumplió el décimo minuto de juego.
UN PORTERO EN ESTADO DE GRACIA
El entrenador del Bordils, Sergi Catarain, aprovechó una primera inferioridad de su rival para cambiar la defensa de 6:0 a 5:1, manteniendo la misma incluso cuando Nava ya había recuperado a su excluido. Ello atascó el ataque visitante, lo justo para que el cuadro gerundense pudiera ir limando las diferencias con el acierto de Palahi en los lanzamientos, hasta lograr empatar a cinco goles mediado el primer tiempo.
Con los porteros manteniendo sus buenos porcentajes, y las defensas bien asentadas, marcar se convertía en una operación de lo más complicada para ambos conjuntos, pero la calidad individual de jugadores como Darío Ajo, que aprovechó una llegada de segunda línea en una contra, y una buena acción desde el extremo, y Filip Martins, que situándose entre el lateral y el extremo se hacía con una buena posición para el lanzamiento. Ello permitió que el Viveros Herol volviera a adquirir una renta de dos goles con la que consiguió llegar al descanso.
El equipo no encontró la manera de frenar al lanzador Arnau Palahi, ni de superar al portero Jordi González, claves en el partido
La segunda parte comenzó como lo hizo la primera, con el equipo segoviano bien armado en defensa, cerrando su portería hasta conseguir que el Bordils se pasara ocho minutos sin marcar… pero encontrándose frente a un Jordi González simplemente extraordinario, que de nuevo volvió a sujetar a su equipo en el partido cuando peor lo pasaba.
DE DIFÍCIL, A IMPOSIBLE
Nava no pudo abrir su brecha más allá de los tres goles antes de volver a pasar por apuros ofensivos, sobre todo cuando Filip tomaba aire en el banquillo, y en un abrir y cerrar de ojos permitió un par de contragolpes locales que volvieron a poner el partido en un puño, donde se mantuvo durante más de diez minutos, pero siempre con el mando de los segovianos, que se agarraban al pivote portugués, o a destellos individuales de Isma o Agustín, desaparecidos como estuvieron sus laterales durante todo el choque.
De nada sirvieron los tiempos muertos de Dani Gordo, porque no había manera de que el conjunto segoviano mantuviera el timón en el choque, y menos cuando Palahí encontraba una y otra vez la forma de superar la defensa navera, sin que ni Yeray ni Ernesto pudieran evitar los goles.
A seis minutos para el final, el Bordils se colocó con 19-18, la primera vez que se ponía por delante en el encuentro, que se metió en una espiral definitiva para Nava, que se adentró en los últimos noventa segundos con empate a veinte goles. Fue entonces cuando las decisiones de los árbitros condicionaron el final del choque, con una exclusión, más siete metros, en contra del equipo segoviano, y una acción similar en el área gerundense que no fue señalada de la misma forma.
