La segunda jornada sobre el Acueducto convocada por ‘World Monuments Fund’ arrancó con una sorprendente revelación, realizada por Rafael Mata, autor de un trabajo titulado ‘Estudio de Integración Paisajística y Territorial del Acueducto’: “Desde la toma de aguas en la Sierra de Guadarrama hasta el inicio de los arcos, ya en Segovia, el Acueducto no cuenta con ninguna figura de protección derivada de su valor cultural”. Eso sí, el Acueducto “serrano y rural” –sus 12 primeros kilómetros- tiene otras figuras de protección, derivadas de los valores naturales por donde discurre.
Mata, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad Autónoma de Madrid, pidió que el futuro desarrollo urbanístico de Segovia “integre al Acueducto”, de forma que el monumento se convierta en el eje articulador de los nuevos espacios urbanos que se crearán en la zona sur de la ciudad. “El peligro que existe es que a medida que vaya creciendo la ciudad desaparezca la huella del Acueducto”, advirtió Mata, recordando lo que ocurrió con la creación del barrio de Nueva Segovia, donde el trazado del monumento romano quedó enterrado.
“No es cuestión de echar culpas a nadie, pero hasta ahora ha prevalecido la idea del Acueducto como un monumento visible, los arcos, atribuyendo poco valor al resto de tramos; afortunadamente, la sensibilidad social está cambiando y ahora ya se contempla en su integridad”, añadió este experto.
