chantal núñez / cuéllar
Se acercan los días de festividad de El Niño de la Bola, tan sentidos por todos los cuellaranos, y su Cofradía ha querido presentar todo lo que este año concierne a esta y sus actos. Lo más destacado en este 2017, cuando la Cofradía cumple 340 años de vida, es la recuperación de un estandarte que estaba a punto de desaparecer debido a su deteriorado estado.
La Cofradía data de 1679 y en la memoria de todos los cuellaranos están sus procesiones, que intentan mantenerse con toda la tradición completa con los años, a pesar de las dificultades. Juan Carlos Llorente, hermano de la misma, es un miembro muy activo y se preocupa, además de por la actividad actual, por dejarla reflejada para la posteridad.
La restauración De ella se han encargado Azucena Fraile e Isabel Sanz y se ha tratado de un trabajo complicado y laborioso, a la par que satisfactorio. Solo hay que ver el resultado para comprobar que ha sido todo un acierto recuperar dicho estandarte, que además se encontraba en un estado muy avanzado de deterioro. Realizado en seda y pintado sobre la tela, esta presentaba dicho deterioro porque no estaba preparada para exteriores, y precisamente ha sido muy expuesta a la intemperie. Se tuvo que realizar un bastidor para colocar esta tela y ya trabajar sobre él. Prácticamente no quedaba hilo y ha sido otra restauradora, Clara Fernández, la encargada de repintar y dotar de esta nueva imagen al estandarte de El Niño de la Bola. Azucena explicó todo este proceso y recomendó a los cofrades que para las procesiones, si se quiere exhibir, debe hacerse con mucho cuidado, dada la extrema delicadeza del material. Comentó que esta seda, por sus características, se destruye sola en un periodo de 100 años. Forro y flecos nuevos completan este proceso de decorado que culmina también con la limpieza del adorno de plata en la parte superior de la vara. Azucena añadió a las recomendaciones que se guarde también con cuidado, pues doblar esta tela sería muy perjudicial para su conservación.
La restauración ha sido un acto desinteresado que la cofradía va a agradecer con un obsequio. Juan Carlos Llorente anunció a las dos cuellaranas que se les hará entrega de un cuadro con la imagen de El Niño de la Bola, como símbolo de agradecimiento y de su contribución a la historia y el desarrollo de las tradiciones más arraigadas.
EL MAYORDOMO Este año ejercerá el cargo Luis Ramón Olmos, con mucho orgullo y satisfacción, como comentó a los medios. Lleva 25 años viviendo en Cuéllar y siempre ha mostrado, tanto él como su esposa, una devoción fuerte por el Niño Jesús, que este año se hará más palpable aún. Ha sido el último en ser cofrade, y como mandaba la tradición antiguamente, el último en inscribirse ejercerá el cargo. El año pasado fue el Ayuntamiento quien desempeñó tal cargo, y sigue siendo cofrade honorario, por lo que el Mayordomo de 2018 invitó a toda la Corporación Municipal a participar en los actos de esta edición.
La propuesta de ser Mayordomo le llegó a Ramón el año pasado, aceptando finalmente y mostrando en esta presentación sus ganas de cumplir con el rito, al que no ha faltado casi nunca. Espera que todo salga bien, que el tiempo acompañe y no haya que lamentar impedimentos climatológicos como hace dos años, cuando fue imposible que la procesión saliera de la iglesia de San Miguel. Invitó a participar a todos los cuellaranos, a cumplir con una tradición que se une a una de las cofradías más antiguas de la villa.
La procesión sí podrá llegar este año a San Esteban, donde se suele proceder al canto de villancicos en comunidad, en torno a la imagen de El Niño de la Bola. Tras ser sede de Las Edades del Hombre, la retirada de piezas y vuelta al estado original del templo sigue, pero sí podrá estar suficientemente lista como para acoger al Niño, la procesión y los fieles.
TALLERES E INICIATIVAS La Cofradía explicó cómo se va a desarrollar una de sus iniciativas más novedosas y que apuesta por continuar con la tradición. Se va a realizar un taller de castañuelas en la sala cultural Alfonsa de la Torre el próximo jueves 28. Se anima a participar a público de todas las edades, incluso a los más pequeños, que puedan aprender a tocar este instrumento tan típico. Tendrá lugar de 17.30 a 19.30 horas, y se espera que acudan muchos cuellaranos y cumplir objetivos, para así poder desarrollar este taller en más ocasiones. Se van a regalar un par de castañuelas a los asistentes, en la medida de las posibilidades y número de inscritos. José Sanz Bayón, cuellarano, estuvo presente como cofrade y como uno de los instigadores de esta propuesta, pues es conocido por todos como la imagen de las castañuelas, el sonido en sus procesiones -junto con los hermanos Ramos a la dulzaina y el tamboril-. Comentó que, como seguidor de esta costumbre, todos los años realiza entre 60 y 70 pares. Hay muchos tipos de madera que varían el sonido, y se aprovecha cualquier retal, pero lo importante es que siempre haya gente que las haga sonar. Con este taller se pretende que las castañuelas vuelvan a ser un elemento que no falte en todas las casas de los cuellaranos. El Niño de la Bola este próximo 2018 puede estar lleno de toque de castañuela.
