Los tambores despertaron de nuevo a la villa ayer Domingo de Resurrección. El acto culmen de la Semana Santa cuellarana tuvo lugar hacia el mediodía, poniendo el punto final a una intensa semana llena de actos litúrgicos que han contado con numeroso público. Las dos imágenes protagonistas de la jornada, Nuestra Señora de La Soledad y Jesús Resucitado, emprendieron el camino a la Plaza Mayor acompañadas de los cofrades y sus respectivas bandas de de música. Todos ataviados con sus trajes, cubrieron sus rostros con los capirotes de color blanco como símbolo de la luz de la Resurrección de Cristo. Igualmente, las ‘manolas’ cambiaron su mantilla negra, de luto riguroso de Viernes Santo, por la blanca de este Domingo de Resurreción.
Decenas de fieles acompañaron a cada imagen en su trayecto hasta la Plaza Mayor, donde tiene lugar el acto más simbólico de la procesión. A la llegada de las imágenes, ambas son colocadas una frente a la otra, iniciando un diálogo silencioso entre ellas, acompañado de las palabras pronunciadas por el sacerdote, que describe el momento. Además, este año quiso hacer referencia a “fanatismos que no tienen lugar”, relacionándolo también con la actualidad. Nuestra Señora de La Soledad fue despojada de su mantilla negra tras varias reverencias que silenciaron toda la Plaza. Después, las bandas acompañaron con su música y un ligero baile de andas de las imágenes cerro el acto.
Tras ello, la imagen de Jesús Resucitado fue introducida en la iglesia de San Miguel para la celebración de la Eucaristía. Mientras, la de la Virgen de La Soledad inició su camino hasta San Francisco, donde se ubica en estos días de Semana Santa. De nuevo, otros tantas decenas de fieles acompañaron a la Virgen en el camino, contemplando el esfuerzo de los costaleros y escuchando la música de sus cornetas y tambores.
Con esta procesión se cerró la Semana Santa cuellarana que, haciendo balance, ha tenido la suerte de contar con una climatología favorable. Tan solo fue el Sábado de Dolores cuando la lluvia impidió la salida de la Virgen de La Compasión. El resto de actos se pudieron llevar a cabo, además con una buena respuesta de público. A falta de un balance de la Junta de Cofradías, parece que el crecimiento de la Semana Santa cuellarana continúa en auge, con mejoras que realizar pero reforzándose cada año un poco más.
