La séptima campaña de excavaciones en el Cerro de los Almadenes, que dará comienzo el próximo lunes, 11 de julio, arrancará con un claro objetivo, el de descubrir el poblado de quienes allí se dedicaban a la producción de cobre.
“Sabemos dónde se realizaban las labores mineras, dónde los trabajos metalúrgicos, pero todavía no hemos encontrado el lugar donde vivían los que allí trabajaban”, explicaba ayer el arqueólogo Mariano Ayarzagüena, en vísperas del inicio de una campaña en la que los cerca de 45 participantes —entre personal de la ‘Sociedad Española de Historia de la Arqueología’ (SEHA), alumnos de la Universidad Complutense de Madrid y voluntarios de Otero de Herreros— han puesto “una tremenda ilusión”.
El equipo investigador tiene “indicios” de dónde puede estar el poblado. “En la ladera oeste”, revela Ayarzagüena. ¿Y por qué ahí?. “Por la tendencia a situar este tipo de poblados a la espalda del lugar donde se realizaba la producción, para evitar la contaminación de azufre”, responde. Desde su punto de vista, el poblado del Cerro de los Almadenes “tiene que ser grande”, posiblemente con capacidad para acoger a varios centenares de personas. “No puede ser un poblado para varios grupos familiares, no, tiene que ser mucho más grande”, sostiene.
avances Ayarzagüena no puede por menos de echar la vista atrás, y recordar los conocimientos que se tenían del Cerro de los Almadenes hace siete años, cuando se daba por válida la tesis del arqueólogo francés Claude Domergue, quien defendía que la producción metalúrgica de este yacimiento se prolongaba aproximadamente durante una centuria, desde mediados del siglo I antes de Cristo hasta la mitad del siglo I después de Cristo. Hoy, los arqueólogos afirman tener constancia de que el Cerro de los Almadenes estuvo ocupado, al menos, desde el siglo IV antes de Cristo hasta el siglo VI después de Cristo, si bien reconociendo que el lapso del que hablaba Domergue “posiblemente fuera el de mayor esplendor” del lugar.
misterios por resolver En cualquier caso, y a pesar de los avances, continúa habiendo numerosos misterios sin resolver. Uno de ellos, el de la relación comercial del Cerro de los Almadenes, y no solo con Segovia sino también con otras ciudades de la Península Ibérica. De momento, Ayarzagüena sí avanza que el Cerro de los Almadenes “tenía una red comercial muy intensa”.
Por otra parte, los investigadores también creen que pueden encontrar algún tipo de pieza que demuestre que el Cerro de los Almadenes también estuvo explotado por los musulmanes. “Todavía no hemos hallado nada al respecto — subraya Ayarzagüena—, pero pensamos que los musulmanes estuvieron allí, estamos convencidos de ello”. Se basan, entre otros argumentos, en la etimología de diversos topónimos del entorno del Cerro de los Almadenes, entre ellos el de una explotación de hierro.
Durante un mes, del 11 de julio al 12 de agosto, 45 arqueólogos se esmerarán en desentrañar el pasado del Cerro de los Almadenes, un yacimiento que no para de deparar sorpresas y que la ‘Sociedad Española de Historia de la Arqueología’ quiere que se convierta en visitable. Pero para esto último habrá que esperar todavía un poco más, quizá hasta 2017.