Aunque haya pasado una centuria, la coronación canónica de la Virgen de la Fuencisla forma parte de la memoria de los segovianos, por el amor que profesan a su Patrona, y por haber quedado plasmada en libros, fotografías, placa, cuadros conmemorativos, carteles, programas. Dos obras se dedicaron al evento bajo la pluma de Carlos de Lecea e Ildefonso Rodríguez. Diez son las fotos que he podido ver de aquel 24 de septiembre, fecha en la que tuvo lugar. La placa de 1920 la hemos visto tantos años colgada cerca de la gran verja interior del Santuario. Respecto a los cuadros conmemorativos, luce uno de ellos en la sacristía del Convento de San José de las Carmelitas Descalzas de nuestra ciudad. Carteles de A. Muñoz Dueñas, escudo con el acueducto, la Catedral y el Alcázar, colores rojo y negro, de A. San Martín, imp.; y otro anónimo con escudo del acueducto, colores verde, rojo, azul, amarillo, Cádiz: Lit. y Tip. de F. Rodríguez de Silva. Se da cuenta de los actos religiosos y profanos.
Cuando uno se acerca a las fuentes escritas de la coronación se percata de que se está ante uno de los grandes acontecimientos de la historia plurisecular de Segovia. La sociedad segoviana, también la que habitaba en la Villa y Corte, vibró, puso en marcha todas sus energías e inteligencia para honrar a la Virgen de la Fuencisla. Hubo un hombre que supo aglutinar ese ingente esfuerzo, me refiero al entonces Obispo de Segovia Remigio Gandásegui y Gorrochátegui (1914-1917) natural de Bilbao, que tomó la iniciativa de la coronación y la solicitó al Cardenal Arcipreste de la Basílica Vaticana y a su Cabildo, logrando contestación favorable con el Breve de 12 de diciembre de 1915. En las gestiones se contó con la colaboración del P. Juan Postius CMF. Se cumplían los requisitos de coronación canónica: antigüedad y constante culto, prodigios y milagros.
El 8 de febrero de 1916 el Sr. Obispo manifiestó al Cabildo Catedral que deseaba coronar a la Virgen de la Fuencisla en ese año; quería que para la ocasión ya estuviera montado en la Capilla Mayor de la Catedral el retablo del Parral; que iba a escribir una pastoral sobre este acontecimiento; que abría la suscripción con 3.000 pts., y su pectoral, animando al Cabildo a contribuir con 1.000 pts. El Prelado encontró el apoyo unánime de los Capitulares.
Para la organización se crearon tres comisiones: dos para recabar fondos, a saber, la Comisión Central de la Corona o Junta de Segovia, y la Comisión de Madrid o Junta de la Corte; y una tercera para lo demás, denominada Comisión de fiestas para la coronación de la Virgen de la Fuencisla. Se consiguieron donativos de la Casa Real, Nobleza, Corporaciones, Congregaciones, Hermandades, Asociaciones, eclesiásticos, artilleros y personas particulares; alhajas, monedas, dinero. La suscripción abierta el 9 de febrero alcanzó la cifra de 65.751,28 pesetas el 2 de septiembre.
Había que hacer dos coronas, una para la Virgen y otra para el Niño. Coronas de esmaltes, oro y piedras preciosas provenientes de devotos, completando con las que se compraron en la madrileña Bolsa de los brillantes. El proyecto de estilo gótico florido fue del artista segoviano Florentino Trapero, discípulo de Marinas. En tan poco espacio se encuentran estatuillas, escudos, milagros, monumentos. Las coronas fueron construidas por Otero y Riopérez.
El calendario iba avanzando hacia la fecha elegida, 24 de septiembre. El 28 de agosto se publica la anunciada Carta pastoral del Obispo en la que se ve la coronación como síntesis de todos los homenajes y manifestaciones de amor hacia María; como consagración de la historia de Segovia, hecha realidad con la ayuda de la Virgen. Al día siguiente aparece un edicto a los señores Curas de las Parroquias de Segovia y su Tierra para que acudan a la Coronación y Bajada de Nuestra Señora de la Fuencisla. En este escrito se señala la Subida para novenario en la Catedral, en la tarde del viernes 15 de septiembre; la Coronación, en la mañana del día 24; la Bajada al Santuario, en la tarde del día de ese mismo día. Se establece el uso de cruces, pendones, estandartes y demás insignias; se portarían velas encendidas en la mano. Por último se fija el orden de las parroquias e iglesias. El día 14 de septiembre, D. Pascual Guajardo, Alcalde de la ciudad, firma un bando en el que invita a participar con entusiasmo y adornar e iluminar los balcones de las casas.
En la Subida la imagen lucía un manto blanco recamado de oro y el rostrillo, se utilizó la carroza del Corpus acompañada por asociaciones, cofradías, alumnos del Seminario, colegio de los PP. Misioneros, fieles, autoridades y comisiones, bandas de música de los Establecimientos provinciales y de la Academia de Artillería. El día se arregló después de los chubascos de la mañana. La venerable imagen pasó bajo los arcos de la alameda de la Fuencisla, de la Diputación frente al Hospicio, de Monteleón por los artilleros en el Azoguejo, del Cabildo en la calle de Los Leones, tras superar la calle Real. No faltaron colgaduras en los balcones. Se finalizó con la alocución del Prelado y la salve…
