Los vigilantes de Seguriber que trabajaron la noche de la tragedia del Madrid Arena manifestaron que alguien que desconocen abrió en un momento dado una de las puertas de emergencia, sin avisarles, para que entraran más jóvenes en el recinto. Se trataría de un acceso diferente al portón de carga por el que entraron otros 2.500 jóvenes directamente a la pista.
Así lo aseveró uno de los vigilantes durante su testifical ante la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid, a la que explicó que sus jefes le ordenaron que evitara la entrada por este lugar. Además, los testigos señalaron que desconocían el plan de emergencia, la operativa de seguridad y el aforo fijado para ese evento.
El conocimiento por parte de la Sala de cómo se produjo el flujo de gente en el interior es clave para depurar las responsabilidades de lo sucedido. Una de las causas de la avalancha mortal fue el sobreaforo, un exceso de gente que no fue controlado durante el evento entrando gente a tropel por diversos accesos.
Los testigos, todos ellos de Seguriber, confirmaron que el personal de Kontrol 34 era el encargado del control de la gente en el interior del recinto. “Sabía que se encargaban de la seguridad interior”, reafirmó uno de ellos, en contra de lo que sostiene dicha empresa.
Durante los interrogatorios, cuatro de los vigilantes coincidieron en señalar que desconocían los planes de emergencia y el operativo de seguridad. Sólo uno de los comparecientes, el situado en la garita exterior, aseguró que sí se les informó del operativo en una charla previa.
Antes del evento tuvo lugar una reunión en la que se les informó de su posición, colocándose cada uno de ellos en las puertas de emergencia del pabellón municipal. Uno de ellos relató que alguien abrió la puerta de su responsabilidad, una de cristal que daba a uno de los túneles, y comenzó a entrar gente en masa, algo de lo que informó a sus jefes.
“Me dijeron que sacara a la gente. Estuve como dos o tres horas echando a jóvenes, hasta el final del evento”, relató. A la pregunta sobre quién abrió esa puerta, respondió que lo desconocía. “Era una situación anómala. Entraba mucha gente y no sé por qué no se cerraron esas puertas”, recalcó el mismo testigo.
Otro de los testigos comparecientes reseñó que ellos se encargaban de las puertas de emergencias y el personal con chaleco reflectante del interior. “Me lo comunicaron y lo vi. Era el personal que organizaba la gente de adentro, de la pista. De si podían pasar de un sitio a otro”, insistió.
Otro de los vigilantes situado en la zona de requisas manifestó que no se encargaban de pedir DNI ni de pedir las entradas. “Eran los de la otra empresa”, dijo en alusión al personal de Kontrol 34. En otras sesiones, los auxiliares dijeron que ellos sólo pedían a la gente que sacara las entradas para dar mayor rapidez a la entrada.
El último en declarar fue Iván Somontes, inspector de servicios de la empresa. Éste relató que Seguriber realizó los planes de vigilancia y se los mandó a Madrid Espacios y Congresos (Madridec) para que diese el visto bueno. A su vez, éste lo remitió al cliente.
“Cada vez que hacía un evento, siempre seguridad interior lo llevaba Kontrol 34, controladores de acceso, Kontrol 34 y auxliares, Kontrol 34. Siempre se diferenciaba la seguridad exterior e interior”, zanjó este testigo.
