Tiene muy claro su objetivo. Si Miguel Velasco se ha decidido a grabar un nuevo documental es con un único fin, el de “alertar a las instituciones segovianas de lo que puede ocurrir con Sancti Spiritu si no se hacen cargo del complejo tras el desalojo de los militares”. ¿A quién mira Velasco?. A todas las instituciones, llámense Ayuntamiento de Segovia, Diputación, Junta de Castilla y León o Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Él dice estar “preocupado” por el “incierto futuro” de Sancti Spiritu, y en esta situación no se le ha ocurrido otra cosa que hacer lo que mejor sabe, esto es, un audiovisual, dedicado al histórico complejo, hoy sede de la Subdelegación del Ministerio de Defensa. Pero, por aquello de la llamada ‘racionalización de los recursos’, Sancti Spiritu será próximamente desalojado, pasando los militares que ahora lo ocupan a la Academia de Artillería.
“Lo que quiero evitar es que el abandono de Sancti Spiritu sea el primer paso a su destrucción”, defiende Velasco, quien en esta quijotesca empresa, financiada de su propio bolsillo, ha contado con su equipo de colaboradores habitual, en el que Óscar Costa ejerce como cámara y, al tiempo, se encarga del montaje del audiovisual.
De acuerdo a la documentación manejada por Velasco, la primera noticia referente al Hospital de Sancti Spiritu data del siglo XIII, en concreto del año 1257, cuando el rey Alfonso X el Sabio concede un privilegio a la casa para que atienda a niños expósitos. Y mantuvo esta encomienda casi hasta mediados del siglo XVI.
Después de mil vicisitudes, Sancti Spiritu pasó a manos de la ciudad de Segovia, sucediéndose desde entonces diferentes usos para el complejo. Así, en el siglo XIX, una parte fue cedida a la Beneficencia. Más tarde sería sede de la Guardia Civil. Después, de una unidad del Ejército. Y, ya en el siglo XX, ejerció como prisión.
Hasta que, en 1944, el Ayuntamiento de Segovia lo vendió al denominado ‘Ramo de Guerra’. Velasco ha descubierto la correspondencia al respecto entre el entonces alcalde de Segovia, Andrés Reguera, y los principales mandos del Ejército, quienes le reclamaban una cesión gratuita, a lo que el regidor siempre se negó, esgrimiendo que Segovia ya había hecho bastantes a los militares. Lo cierto es que, finalmente, la venta se consumó, por importe de 451.250 pesetas.
El Gobierno Militar de Segovia se situó desde entonces en Sancti Spiritu. Décadas después, a finales de los años 80, el complejo sufrió una remodelación íntegra, si bien respetando sus elementos artísticos, entre los que destaca la portada, trazada por Pedro de Brizuela en 1602. Según Velasco, Sancti Spiritu cuenta hoy con “unas magníficas instalaciones”. El periodista quiere destacar que, a lo largo de la grabación de su documental, ha constatado “la buena disposición del Ministerio de Defensa para ceder a Segovia el complejo, a fin de que no se pierda”. Pero, para ello “alguien tiene que llamar a su puerta”.
“Sancti Spiritu es muy grande, hermoso y está bien cuidado”, asegura Velasco, quien, puesto a soñar, imagina que “podría acoger conciertos de música u obras de teatro”. Y, al tiempo, albergar oficinas de diferentes servicios y un aparcamiento con capacidad para 150 vehículos. “No podemos permitirnos el desmantelamiento de Sancti Spiritu; alguna institución debe hacerse cargo de estas instalaciones”, sostiene Velasco, a modo de conclusión.
La presentación del documental “Sancti Spiritu. Un incierto futuro” será este viernes, a las 19.00 horas, en el Salón de Plenos de la Diputación, con entrada libre hasta completar el aforo.