La universidad ya no es un espacio al que acudir a sentarse y escuchar las ‘charlas’ de los catedráticos. Esa época pasó a la historia. Ahora es un espacio abierto, de flujo de conocimiento, tanto dentro como fuera de las facultades, que interactúa con la sociedad en la que se encuentra inmersa. Al menos, así lo defienden en el campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid (UVa), en el que “los alumnos son lo más importante”, según el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación, Agustín García Matilla.
Por ello, cada fin de curso, se organiza la Muestra de Trabajos Innovadores desarrollados por los alumnos del Grado de Publicidad y Relaciones Públicas y del Máster de Comunicación con fines sociales, unos trabajos que realizan desde los alumnos de primero hasta los del último curso, porque “desde primero son conscientes de los hitos que narran su propia vida”, defiende García Matilla, y todas las asignaturas van promoviendo el desarrollo de esas experiencias y su plasmación en diferentes trabajos.
Así, en la muestra —que estará abierta hasta el 30 de junio— pueden verse las propuestas desarrolladas por los alumnos, divididas en dos partes. Por un lado, ‘Huellas de la Ciudad’, en la que se recogen las experiencias de los jóvenes en Segovia. Por ejemplo, relata Bárbara Andújar, su grupo convirtió una sencilla receta de galletas en una original forma de explicar lo que sentían en la ciudad y salieron a compartir sus galletas con los segovianos, para conocer también cómo ellos viven su ciudad.
Por otro lado, la innovación se convirtió en solidaridad, ya que los alumnos del Máster convirtieron su trabajo en una forma de difundir la labor que realiza la oenegé AIDA en Senegal, donde tiene en marcha un proyecto de huertas comunitarias gestionadas por mujeres, una iniciativa de desarrollo económico integral, pues además de dotar de alimentos a las familias de las aldeas, fomenta la comercialización de los productos y desarrolla su cadena de valor a través de la apertura de canales comerciales y la transformación de productos para darles valor añadido.
El proyecto elaborado por los alumnos se denomina ‘La semilla de Agua’ —Agua es, además, el nombre de una de las mujeres que trabaja en las huertas comunitarias, explico Susana de Andrés, profesora de la Facultad— y consistió en que los estudiantes elaboraron relatos basados en esta iniciativa solidaria y luego los trasladaron a pequeños alumnos de los colegios segovianos, quienes hicieron dibujos basándose en esas historias. Así, consiguieron también concienciar a los pequeños sobre la importancia de la soberanía alimentaria y del acceso al agua.
Relatos e ilustraciones es unirán en una publicación. “La campaña al principio nos desbordó, pero luego te ilusionas y ha sido una experiencia muy buena y bonita”, afirma Rosa Maestro, otra de las alumnas, poniendo de manifiesto los buenos resultados alcanzandos con este proyecto.
