El frío restó público pero no hizo mella en las mujeres del barrio de San Lorenzo que hicieron alarde de valentía y alegría para vivir con intensidad los actos principales de la fiesta de Santa Águeda, cultivando tradiciones y presumiendo de orgullo femenino. Destacaron las intervenciones de las galardonadas de este año, Marian Rueda Cayón y Ana Isabel Gómez Calvo, que en la plaza de San Lorenzo, vestidas con trajes típicos de segovianas, ofrecieron discursos emotivos, constructivos y reivindicativos. También se esmeraron las alcaldesas Isabel Escribano Von de Sehur y Esther Rosado Martín, que hicieron gala de destreza y soltura en la presentación de los actos. Mujeres y hombres reunidos en la fiesta compartieron mensajes de condena contra la violencia de género y de repulsa a los actos de dominio machista.
Las aguederas, que la noche del sábado se vieron sorprendidas por una copiosa nevada a su salida del restaurante Magullo donde confeccionaron el ‘pelele’, se reunieron ayer a las once y media de la mañana en la iglesia parroquial para celebrar una misa en honor a Santa Águeda. Antes hubo un paseíllo musical para recoger a las mayordomas y alcaldesas de la fiesta, y después de la misa se llevó a cabo la tradicional procesión con la imagen de la santa por la plaza del barrio.
En el escenario instalado junto al atrio de San Lorenzo se sucedieron los discursos y la entrega de nombramientos. La concejala de Deportes y profesora de Educación Física, Marian Rueda Cayón, hizo buen uso de la corneta pregonera que recibió como símbolo de su nombramiento. En su pregón, Marian Rueda aseguró que la “animación y la hospitalidad” son las características de una fiesta en la que manda la mujer “y el hombre lo alaba porque lo hace muy bien”. Repasó la historia del arrabal que fue conocido como ‘la pequeña Siberia’ y al que la modernidad ha respetado su encanto y personalidad. Hizo especial hincapié en la riqueza patrimonial del barrio proponiendo varias rutas turísticas que permitan conocer “esta importante zona de la ciudad”, caminando hacia el Monasterio de San Vicente, haciendo realidad el refrán ‘De los huertos al Parral, el paraíso terrenal’, y llegando ante Santa Cruz la Real para dejarse sorprender por su impresionante fachada y leer el famosos ‘tanto monta, monta tanto’ de los Reyes Católicos en el que “se ve reflejada la auténtica necesidad de igualdad entre hombres y mujeres, que aún hoy, seguimos reivindicando”. Con citas de María Zambrano, afectuosas referencias a su madre y elogios a “mujeres corajudas y sencillas” como la alcaldesa, Clara Luquero, la pregonera dio paso a la ceremonia de colocación de la montera por parte de Isabel Escribano y Esther Rosado a la Alcaldesa de Honor, Ana Isabel Gómez Calvo, que se presentó como “médico de las mujeres”.
La vicepresidenta de la Sociedad Ginecológica-Oncológica de Castilla y León, que trabaja en el Hospital General, tras recordar la historia de la santa siciliana patrona de mujeres embarazadas, de las que amamantan y de las que padecen cáncer, lamentó los casos de violencia de género. Aseguró que los médicos se encuentran con más víctimas de las que la sociedad cree tener.
Hay muchos más casos que los que salen en los medios de comunicación, están cerca, y afectan a cualquier nivel social y edad, según la exposición de la ginecóloga quien dijo estar “asustada” con la violencia que se extiende entre adolescentes y jóvenes. En su trabajo se encuentra con “niñas que sufren agresiones y vejaciones de los que llaman sus novios” pero también ante con mujeres que han sufrido mutilaciones genitales siendo niñas. “La ablación es intolerable y despreciable”, dijo Ana Isabel Gómez. “La mujer se tiene que querer y respetar a sí misma y no puede dejarse someter por nadie, ni por nada” añadió la doctora advirtiendo que no solo hay que actuar cuando la violencia queda marcada con sangre y heridas en la piel, “hay una violencia psicológica que es deleznable”.
También pasaron por el escenario y recibieron aplausos, la Aguedera de Honor, Pilar García Berzal, y las alcaldesas entrantes, Goyi Horcajo Gómez y Magda Álvarez Pastor. Carmen Duque portó el estandarte. La fiesta continuó con la comida de las aguederas y la quema del ‘Pelele’ por la tarde.
