El excoordinador de Seguridad de Madrid Espacios y Congresos (Madridec) José Luis Rodríguez Caamaño aseguró ayer en el juicio del Madrid Arena que la noche de la tragedia “no había Policía Municipal, antidisturbios”, tan solo alguna unidad de uniformados del distrito de Moncloa en la almendra central de la Casa de Campo. Así lo aseveró durante su declaración como testigo en la vista oral que busca conocer lo que pasó la madrugada del 1 de noviembre de 2012.
Precisamente, el exjefe de la Policía municipal de Madrid Emilio Monteagudo es uno de los acusados en el juicio. El juez Eduardo López Palop le imputó al considerar que el hecho de no disolver o impedir el macrobotellón que se formó en el exterior pudo influir en el sobreaforo y, con ello, con la avalancha mortal.
Caamaño, que estuvo imputado en la causa, detalló que él coordinaba las tareas de seguridad, especificando que se encargó un plan de vigilancia a la empresa Seguriber. Además, destacó que Kontrol 34 era la responsable de la seguridad interior en el evento, “como en todos los eventos que se organizaban en la Casa de Campo”, y que el cliente controlaba el aforo.
La noche de la tragedia, Caamaño fue una de las personas que estuvo con los responsables de la Delegación de Gobierno de Madrid que dieron luz verde para la apertura de puertas del pabellón. Además, relató que mientras estuvo en el recinto no vio mucha afluencia de público, ya que Kontrol 34 se dedicaba a controlar a la gente que entraba.
Por su parte, la exconcejal de Seguridad y Emergencias en el Ayuntamiento de Madrid Fátima Núñez aseguró que la noche de la tragedia había en Madrid medios policiales suficientes para atender las emergencias que se produjeron, manifestando que ella no tenía capacidad de diseñar el operativo desplegado en los alrededores del pabellón.
Núñez, actualmente concejal del PP en Mahadahonda, explicó que el Ayuntamiento de Madrid no tiene facultades para controlar lo que pasa en los eventos y que tampoco tenía capacidad de organizar el operativo policial diseñado para la noche del 31 de octubre de 2012.
Un exjefe de licencias del Ayuntamiento de Madrid declaró ayer que el pabellón municipal no tenía licencia en el momento de los hechos, ya que tenía numerosas deficiencias en materia de seguridad como no tener ni “suficientes salidas de emergencias” ni tener pasillos de evacuación que cumplieran la normativa.
