Aunque serán las pruebas forenses del ADN quienes determinen la identidad del cadáver hallado ayer en el interior de una finca privada próxima al barrio de Nueva Segovia, la familia de Fernando París Vicente, el fotógrafo de 78 años desaparecido el pasado 15 de junio asegura que los restos encontrados permiten identificar «al 99 por ciento» al anciano desaparecido.
Según el testimonio de Roberto París, hijo del desaparecido, que ayer fue requerido por varios medios de comunicación, el cuerpo sin vida encontrado ayer llevaba la misma ropa que el día que se advirtió su desaparición, así como un reloj, documentación y efectos personales que permiten asegurar casi con absoluta certeza la identidad del fallecido.
Pese a ello, las autoridades prefieren ser cautas, y desde fuentes de la Subdelegación del Gobierno aún no se da como definitiva la identificación, ya que se esperará a los resultados de las pruebas científicas que se realizarán en los próximos días.
Este misma cautela ha sido también trasladada hasta la familia de la víctima, donde Roberto París asegura que los responsables policiales «nos dicen que éste es el procedimiento y que no hay más, porque aunque damos por hecho que es él, hasta que no se haga la prueba de ADN no van a dar nada por seguro».
El hijo de Fernando París expresó el deseo de su familia de que las pruebas se lleven a cabo lo antes posible, con el fin de poder «terminar con esta pesadilla» que durante casi siete meses han vivido por la incertidumbre de desconocer el paradero de su padre.
Roberto París recibió la llamada de su padre pasadas las 11 de la mañana del domingo 16 de junio, al día siguiente de perderse tras sufrir un episodio de desorientación probablemente provocado o agudizado por la muerte de su hermano, a quien iba a velar ese día en el tanatorio. En esa conversación le decía que estaba tirado en el suelo y no se podía levantar, seguía desorientado y entre las pistas que daba del lugar en el que se encontraba, en una zanja y rodeado de hierba y piedras, habló de «una casa sin tejado y unas naves», recordaba su hijo.
Aquella descripción coincide con la finca privada donde unos niños, hijos de clientes del conocido restaurante Lago, en el barrio de Nueva Segovia, jugaban ayer durante la sobremesa de sus padres, pasadas las 17 horas, cuando encontraron los restos humanos. El avanzado estado de descomposición del cadáver impidió verificar su identidad, aunque todo apunte que se trata de Fernando París, cuyo cartel de ‘Desaparecido’ con su foto estuvo colgado durante meses en la puerta de entrada de este mismo establecimiento.
Al otro lado de la valla
Muchas son las personas que recuerdan el despliegue de medios policiales que se realizó en los primeros días de la búsqueda de Fernando París. Agentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, acompañados por familiares y voluntarios se daban cita en el aparcamiento del Restaurante Lago para desde allí iniciar la batida por varias zonas próximas, conforme a las pistas que el propio Fernando París facilitó a su hijo en la última llamada de teléfono que le realizó. Nada hizo sospechar que a apenas 500 metros del lugar donde comenzó la búsqueda —en la que se llegaron a emplear perros especializados en rastreo y un helicóptero— se encontraba el cuerpo del anciano desaparecido, en el interior de la finca que alberga el conocido restaurante segoviano. Roberto París -que participó activamente en las labores de búsqueda aseguró que “por muchas vueltas que dimos no pensamos que pudiera haber entrado dentro de la finca”, aunque todo parece apuntar a que así fue, ya que este recinto permanece abierto para la entrada y salida de trabajadores y proveedores del negocio hostelero gran parte del día. Así, reconoció que la búsqueda se había centrado mucho en este lugar, aunque precisó que “nunca pensamos que podía estar al otro lado de la valla en la que le habíamos buscado veinte veces”. Ahora, el hijo de Fernando París asegura que prefiere “no darle muchas vueltas” a este asunto y esperar a que “pase pronto esta pesadilla y poder contar con los restos de mi padre para que pueda descansar en paz”. En cualquier caso, los hechos se empecinan en mostrar que algo no se hizo bien durante la búsqueda.