Ya está en casa. Después de nueve intensos días de oración y devoción, la Virgen de La Fuencisla ocupa ya su lugar de honor en el camarín del retablo del santuario ubicado en el corazón del Eresma después de presidir en la Catedral el novenario en el que millares de segovianos mostraron su amor a la patrona en los distintos actos religiosos desarrollados a lo largo de estos días.
Desde primera hora de la tarde, los segovianos guardaron su turno alrededor de la plaza del Azoguejo para asistir a la despedida oficial de la Virgen de la Fuencisla, con su traslado hasta el santuario de las Peñas Grajeras. El cielo más azul y una agradable temperatura contribuyeron a engrandecer el dia grande de la fiesta que, constituye una verdadera manifestación de cariño y devoción hacia la patrona de Segovia.
Puntual a su cita, tras el rezo del Santo Rosario en la Catedral, la imagen de la Fuencisla, vestida conel hermoso manto decorado por Lope Tablada, fue aupada hasta su carroza por los cofrades para iniciar pasadas las cinco y media de la tarde el camino de regreso hacia su casa.
Acompañada por las autoridades locales y provinciales y escoltada por una formación de alumnos de la Academia de Artillería, La Fuencisla recorrió la Calle Real hasta llegar al Azoguejo, donde fue recibida por una atronadora ovación y algunos «vivas».
Vestidos con sus mejores galas, los hombres y mujeres del Grupo de Danzas Emperador Teodosio esperaban su llegada para interpretar ante la patrona una selección de su mejor repertorio, acompañados por la música de dulzainas y guitarras, en una tradición que cumple este año su 34 aniversario.
Con la cruz procesional por delante, los «Jóvenes de Honor» con el estandarte y la guia de la cofradía precedieron a las camareras y miembros de la cofradía antes de la entrada de la patrona.bajo los arcos del Acueducto. Detrás, el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro acompañado por el Cabildo Catedral, la reina y damas de las fiestas de Segovia precedieron a la corporación municipal con el alcalde Pedro Arahuetes, el presidente de la Diputación Francisco Vazquez, el senador del PSOE Juan Luis Gordo, el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, el general director de la Academia de Artillería Ricardo Sotomayor y representantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Colocada frenteal mesón de candido, la imagen presidió el acto de despedida, que comenzó con el desfile de la unidad de alumnos de la escala superior ante la patrona segoviana, al que siguió la actuación del grupo de danzas presentada por Raúl Torquemada, que glosó la imagen de La Fuencisla al asegurar que «siempre hay algo hermoso que decirle».
Tras las jotas, el obispo tomó la palabra para dar por concluido el novenario con su última alocución en la que retomó el argumento empleado en el acto de recepción de la Fuencisla al asegurar que estos días la Catedral «se ha convertido en una escuela de María en la que hemos aprendido las mejores lecciones que nos ha dado su hijo».
Además, subrayó la masiva presencia de segovianos «de todas las edades, pueblos y culturas», y aseguró que las multitudes que convoca la fe «son algo consustancial, ya que desde antiguo a Cristo le seguían muchos, unos por curiosidad, otros por subsistencia y otros convencidos de que era el Señor».
Además invitó a los segovianos a defender su devoción a la Virgen y señaló que definir a Segovia como un pueblo más mariano que cristiano,»no es una ofensa ni una inexactitud, porque si bien es cierto que la vida cristiana está centrada en Cristo como modelo y norma, Él y María son inseparables y la Virgen es el camino más corto para acercarse a su Hijo». El obispo concluyó su intervención rogando a la virgen que «Bendiga a todos los segovianos que sufren, y que haga que Segovia sea una ciudad próspera en todos los órdenes de la vida».
Tras la despedida, la patrona de Segovia emprendió el regreso hasta su santuario acompañada de centenares de segovianos que le ofrecieron el último adios a su llegada al templo, donde los integrantes del grupo de danzas confeccionaron un arco humano por el que la imagen fue introducida hasta su camarín.
La jornada concluyó con un reparador chocolate con bizcochos ofrecido por la Junta Rectora del Santuario con la colaboración de la Asociación de Cocineros de Segovia, que elaboró cerca de un millar de raciones que sirvieron también para conseguir una pequeña ayuda económica para la restauración de la Casa Rectoral.
