Estandartes en las ventanas y pacas de paja por las calles. Artesanos, comerciantes y aldeanos. Sotosalbos revivió ayer el medievo en la primera Feria del Arcipreste, con la que el Ayuntamiento y la Asociación El Acebo quisieron rendir homenaje a la figura de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, y a la herencia cultural y turística producto de la aparición de la villa en los versos del Libro de Buen Amor. Un cuaderno de viajes datado en el siglo XV, tan estudiado como enigmático.
La iniciativa contó con el apoyo de la Diputación, a través del proyecto SegoviaExperience, y a ella se sumaron artesanos de la provincia, en el mercado medieval, a los pies de la iglesia de San Miguel, una de las joyas románicas de la provincia. Además, de productos hechos a mano como vidrio soplado, madera, caucho, forja o velas, los visitantes encontraron productos de alimentación, cerveza artesana, joyería y decoración.
La Feria del Arcipreste que “nace con vocación de consolidarse como una actividad más en el verano del municipio”, según explicaron fuentes de la organización, contó también con un carácter solidario, y entre los stand, se encontraban varios con fines benéficos.
Dentro del programa de actividades paralelas, el grupo Ajo Negro desarrolló talleres para los más pequeños, así como exhibiciones de malabares y acrobacias, mientras que el salón del Ayuntamiento acogió la exposición ‘El Desván del Arcipreste’, con objetos antiguos de forja, como arados, pesas, y llaves. La música fue la protagonista por la noche, con los conciertos del cantautor local Jaimé Crespí, acompañado por su banda, y el grupo segoviano ‘Las Zarigüellas’.
La cita sirvió fue el aperitivo a las fiestas de verano en honor a María Magdalena, que llenarán de vida el municipio hasta el próximo 10 de agosto, con actividades para los niños, citas gastronómicas, deporte y orquestas.