La Gimnástica Segoviana puede no ser un equipo perfecto. De hecho no lo es. Pero su plantilla sí tiene algo que pocas poseen, que es un gen competitivo que lleva a sus jugadores a no rendirse nunca, por más que les lluevan palos de una afición no siempre grata, por más que después de un mal partido en Santa Marta llegara una primera parte casi igual de mala frente a un Tordesillas que nunca más se encontrará con dos goles a su favor como lo hizo ayer usando un planteamiento absolutamente dañino para el fútbol; por más que varios de sus pilares básicos no estuvieran en el campo (aunque hubo algunos que sí estaban, pero como si no). Por más dificultades que haya, esa capacidad de no bajar los brazos es la que lleva al conjunto azulgrana a remontar partidos como el que ayer terminó ganando al Tordesillas.
Decir que el conjunto pucelano que dirige José Luis Fernández puso el autobús bajo su portería sería exagerar su juego ofensivo. Parece increíble que un equipo virtualmente salvado como el de Valladolid sea capaz de llegar a La Albuera con cinco defensas, más otros cuatro jugadores ayudando, y con su delantero Hamat más solo en el ataque que Tom Hanks en ‘Náufrago’, pero esa fue la triste realidad que el centenar de aficionados que se dieron cita en La Albuera tuvieron la oportunidad de comprobar.
Ante ese cerrojazo, la Segoviana tenía que armarse de paciencia, y buscar sus opciones, y durante la primera mitad mezcló momentos de cierta claridad ofensiva con otros de desesperante lentitud y despropósitos en la zona de creación, lo normal ante una defensa de nueve señores con la misión clara de defender su marco. Roberto y Asier dispusieron de las primeras ocasiones, pero se encontraron con la respuesta de Puras, que aunque no dio sensación alguna de seguridad, paró todo lo que pudo, que no fue poco.
Paulatinamente el partido fue bajando de intensidad, sobre todo en lo que se refiere al juego ofensivo local, aunque la portería segoviana no pasaba por apuros, salvando un remate de Chema que despejó Iván. Pero nadie contaba con que, a un minuto del descanso, Anel se tragara por primera vez en su carrera deportiva un envío en largo al área local, Iván y Chema no terminaran de entenderse, y Hamat aprovechara el regalo para marcar a puerta vacía el 0-1. Sorprendente, injusto… fútbol, sin más.
Con todo Así que Sedano se vio obligado a sacar tras el descanso a su arma ya no tan secreta. Mariano salió en lugar del lateral Alfonso, y la Segoviana pasó a jugar con defensa de tres, con Anel tapando las espaldas de Javi, volcado en ataque, y por el que pasó la mayoría del juego ofensivo de los gimnásticos, que poco a poco comenzaron a desesperarse ante las reiteradas pérdidas de tiempo de los visitantes, que si ya en el minuto 13, con 0-0, apostaban por dejar correr el crono, en el 60 directamente caían desmayados sobre el césped de La Albuera.
Visto que el juego de ataque de la Segoviana se quedaba atrapado en la tela de araña del Tordesillas, Sedano apostó por sacar del campo a Dani Arribas, centrar a Asier y meter a Dani Lázaro para la banda izquierda. Y no le salió mal la jugada, porque a poco de estar en el campo, Lázaro puso un buen centro al corazón del área, donde Asier recogió el balón para, a la media vuelta, elevarlo sobre Puras y estrellarlo en el larguero. Afortunadamente, Javi recogió el cuero, y chutó a portería para que Mariano cambiase la trayectoria, y empatase el partido.
El gol vino a descomponer al Tordesillas, y a dar nuevas fuerzas a un equipo local que, a base de poner balones a Asier y Mariano, empujaba a los visitantes hasta la frontal del área, más o menos donde se encontraban desde el minuto 1 de encuentro. Asier e Ivi dispusieron de dos buenas oportunidades, pero sus remates no encontraron portería, algo que sí encontró Dani Lázaro desviando al mejor estilo de Mariano, un remate de Asier que recibió un buen pase interior de Javi.
Lo más difícil estaba hecho, y así lo entendió la Segoviana, que sin embargo recibió un duro golpe en forma de golazo, el que marcó Chema desde más de 30 metros, sorprendiendo a Iván. Tocaba volver a remar, pero con poco tiempo para hacerlo, y las esperanzas empezaron a flaquear cuando los lanzamientos de Rubén y Mariano se encontraron con la respuesta de Puras.
Pero, a un minuto para el final, el fútbol premió la insistencia de la Segoviana, tanto como castigó la racanería del Tordesillas. El colegiado señaló penalti tras un agarrón sobre Asier dentro del área, y Roberto no falló desde los 11 metros. Así la Segoviana se hizo con una sufrida victoria, demostrando una vez más que es un equipo con mucho amor propio.
