El mismo día que la comunidad académica rendía homenaje al querido profesor Santiago Hidalgo, recientemente fallecido, el rector de la Universidad de Valladolid, Marcos Sacristán sentía, — y así lo expresaba—, que el exvicerrector, que tanto luchó para que Segovia tuviera un campus público, seguía tirando del proyecto y su memoria podía guiar la continuidad de los trabajos. Ese día, 17 de enero, antes de acudir al homenaje, Marcos Sacristán se entrevistó con varios representantes institucionales de Segovia que mostraron receptividad e incluso, en algún caso, disposición a colaborar para sacar adelante un plan para abordar poco a poco, edificio a edificio, la ejecución de la segunda fase de construcción del complejo universitario, bloqueada desde hace 830 días.
Los directivos del campus María Zambrano ya se han puesto a trabajar para concretar el plan y definirlo de forma técnica con la intención de presentarlo en el segundo semestre del año, tras el verano, ante las distintas administraciones que puedan implicarse en su ejecución e incluso divulgarlo para captar apoyos privados. La intención de Marcos Sacristán es “tocar todas las puertas que haya que tocar” porque el rector da valor prioritario a la conclusión del complejo del que hasta ahora solo hay edificado la mitad.
El pasado mes de junio, El Adelantado, anunciaba que la Universidad de Valladolid (UVa) estaba dispuesta a estudiar con la Junta de Castilla y León fórmulas para dar continuidad a las obras de construcción del campus María Zambrano. Las propuestas del vicerrectorado de Segovia pasaban por redefinir el proyecto de la segunda fase del complejo universitario para dar viabilidad a su ejecución, bien afrontando por etapas la creación de las instalaciones pendientes o reduciendo los costes de la intervención. Para el vicerrector del ‘María Zambrano’, José Vicente Álvarez Bravo, ni la Universidad, ni la Junta ni la sociedad segoviana pueden parapetarse tras los argumentos de que la crisis congela los presupuestos sino que, por el contrario, deben derrochar «ingenio y buena voluntad» para sacar adelante proyectos imprescindibles a pesar de las dificultades económicas. El representante de la UVa en Segovia asegura una y otra vez que “la necesidad de construir la segunda fase es acuciante” y cree que “nadie puede conformarse con una obra inacabada”.
Aunque la Junta —institución que tiene el compromiso de financiar los trabajos—no ha dado una respuesta positiva a esta propuesta, el apoyo manifestado recientemente por los representantes de distintas administraciones públicas en Segovia “nos ha hecho ver que vamos por buen camino y que tenemos que seguir trabajando en esta dirección”, ha asegurado Álvarez Bravo, tras la ronda de contactos del pasado día 17 de enero.
El siguiente paso ha consistido en formar una comisión de trabajo en el campus María Zambrano encargada de definir en tiempo y costes el plan denominado de las subfases (llamado así porque consiste en acometer la segunda fase por etapas). Esta comisión coordinará los contactos con los profesionales de la Unidad Técnica de Arquitectura de la Universidad de Valladolid, así como con los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez, autores del proyecto de construcción del campus público de Segovia, para dar forma técnica y viable al nuevo plan de obras.
Coherente
La adaptación del proyecto se realizará bajo la premisa de mantener un diseño de edificios “acorde y coherente” con la parte ya construida en la Plaza del Alto de los Leones de Castilla, “funcional” y “asumible” desde un punto de vista técnico y económico, según las explicaciones del vicerrector en Segovia. “No podemos hacer una obra faraónica pero eso no significa que nos valga cualquier cosa porque queremos ser coherentes con el edificio que tenemos”, manifiesta Álvarez Bravo.
Aunque evita adelantar acontecimientos, el responsable del campus María Zambrano mantiene que la necesidad más acuciantes es crear un edificio que albergue “uno o dos laboratorios, una o dos aulas y despachos de profesores”. Este inmueble se ubicará en la zona más próxima a Caño Grande, dentro de la parcela que la UVa tiene disponible para completar el complejo universitario.
En todo caso, en el calendario de Álvarez Bravo consta que el plan de ‘obras edificio a edificio’ se presentará en el segundo semestre de 2014 para concretar el apoyo institucional e impulsarlo para su ejecución a lo largo del año 2015.