El toque de queda impuesto ayer en la ciudad estadounidense de Ferguson terminó con fuertes disturbios y enfrenamientos entre Policía y manifestantes que dejaron al menos un hombre herido de un disparo que se encuentra en estado crítico y otras siete personas detenidas.
De momento se desconocen las circunstancias exactas en las que se resultó herida la víctima. Por otro lado, un coche de Policía también presenta indicios de haber recibido disparos, según informaron fuentes policiales a la cadena estadounidense CNN.
“Lo que sí puedo decir es que estoy profundamente decepcionado con lo que ha sucedido esta noche”, confesó el capitán de la Policía de Tráfico Ron Johnson, responsable de la seguridad de la ciudad, sacudida por la muerte el 9 de agosto del adolescente negro Michael Brown a manos de un agente de Policía.
Unos 45 minutos después de que se iniciase el toque de queda, que comenzaba a medianoche, las fuerzas de seguridad lanzaron botes de humo y gases lacrimógenos a los manifestantes que continuaban protestando en las calles de Ferguson.
La mayoría de los centenares de manifestantes que habían protestado momentos antes del inicio del toque de queda se marcharon a su casa, pero algunos residentes continuaron y la Policía comenzó a tomar posiciones de defensa frente a numerosos establecimientos, protegidos con cascos, escudos y chalecos antibalas, según informó la CNN.
Estos manifestantes corearon cánticos de ‘No al toque de queda’ y se negaron a abandonar la zona. Las fuerzas de seguridad avisaron a través de un altavoz del comienzo de toque de queda e instaron a los presentes a dispersarse “inmediatamente”, después de lo cual comenzaron a lanzar los gases.
