Cogió la llave y la enseñó, con amplia sonrisa, a las cámaras, como si fuese la feliz afortunada del premio gordo de un concurso televisivo. Tras más de dos años de tramitación, la alcaldesa, Clara Luquero, tenía en sus manos la llave de la denominada ‘cárcel vieja’, en la calle Juan Bravo, en plena Calle Real, que fuera hasta ayer propiedad del Estado y que, desde finales de los años 40, albergó la Biblioteca Pública del Estado.
En presencia de la concejala de Cultura, Marifé Santiago, también exultante, Luquero había firmado, instantes antes, el acta por el que el Estado, a través del delegado en Segovia del Ministerio de Economía y Hacienda, Francisco Javier Martín, cedía de forma gratuita el histórico inmueble al Ayuntamiento, que transformará el edificio en una Casa de Lectura.
La alcaldesa y la concejala destacaron ayer que el propósito municipal es poner en marcha un ‘proyecto innovador’, que se nutrirá de exitosas experiencias como la que lleva a cabo en el espacio Matadero, en Madrid, la Casa del Lector, a través de la Fundación Sánchez Ruipérez.
La Casa de Lectura nacerá con el propósito de “completar y no competir” con los servicios que ofrece la nueva Biblioteca del Estado en Segovia; y con el ánimo de suponer un espacio de ‘convivencia’, donde el libro sea protagonista y tengan cabida todo tipo de manifestaciones relacionadas con la cultura, desde exposiciones hasta tertulias literarias. El edificio aspira, según recalcaron ambas, a ser uno de los ‘emblemas culturales’ de Segovia, una ciudad en la que se editó el primer libro en España, el Sinodal de Aguilafuente, por Juan Párix, en 1472, según recordó la concejala de Cultura.
“Nuestro objetivo es claro, devolver el edificio a los ciudadanos como un centro vinculado al mundo del libro, a la lectura y a la cultura en general (…) lectura en sentido amplio, porque vamos a leer todas las artes con esa dimensión cultural”, señaló la alcaldesa. Luquero también destacó que este proyecto garantiza una dotación bibliotecaria para el casco antiguo y, al mismo tiempo, se impide que un edificio de envergadura quede vacío, en una política para combatir el problema de desertización de los cascos antiguos, común en ciudades históricas como Segovia.
Con la llave en la mano, Luquero anunció que la Casa de Lectura abrirá sus puertas en otoño, después de una pequeña reforma de inmueble, que se prolongará este verano, de pintura general y de mejora de los accesos.
El inmueble, situado en el número 11 de la calle Juan Bravo era propiedad del Ayuntamiento de Segovia hasta que en la década de los 40 del siglo XX lo cedió al Ministerio de Educación con la condición de que fuera archivo, museo o biblioteca. Esta última opción fue la elegida y comenzó a funcionar en 1948. Sin embargo, al haber transcurrido más de 40 años de aquella cesión, la ley impedía al Ayuntamiento pedir la ‘reversión’. No obstante, el antiguo director del Libro, Rogelio Blanco, firmó en su día un escrito donde se comprometía a ceder al Ayuntamiento el inmueble tras la puesta en marcha de la nueva Biblioteca, en el barrio de la Comunidad y Tierra. Asimismo, los responsables de la Junta de Castilla y León también expresaron su apoyo para que la ciudad no perdiese una dotación cultural en su casco antiguo. Sin embargo, desde que Luquero pidiese, por escrito, la transferencia de titularidad del inmueble hasta ayer, con el acto formal de cesión, han transcurrido dos años. La alcaldesa se mostró agradecida por la ‘generosa’ cesión –es gratuita-, mientras que Marifé Santiago argumentó la demora en la tramitación en que “con toda la razón, en un segundo informe, se nos requirió que se garantizase el mantenimiento económico del inmueble una vez que estuviese en marcha”.
