El presidente ruso, Vladimir Putin, y el dirigente electo de Ucrania, Petro Poroshenko, pidieron ayer, de forma conjunta, que se ponga fin al derramamiento de sangre y a las acciones militares en el este del país. «Han hablado de un rápido fin de la masacre en el sureste de Ucrania así como de un desenlace inmediato de las acciones militares de ambos bandos, del de las Fuerzas Armadas ucranianas y del de los seguidores de la federalización del país», explicó el secretario de prensa de Putin, Dimitri Peskov.
Putin y Poroshenko coincidieron también en que «no hay alternativa» a las «vías políticas pacíficas» para resolver el conflicto de Ucrania, según Peskov.
De esta forma, un emisario moscovita viajará a Kiev para abordar los primeros pasos para el arreglo del conflicto en Ucrania.
Putin, y su homólogo ucraniano llaman, de esta forma, a un alto el fuego tras analizar la situación durante 15 minutos en el Château de Bénouville (Calvados), antes del almuerzo al cual, el presidente de Francia, François Hollande, había invitado a los 20 jefes de Estado y de Gobierno que participaron en la conmemoración del 70 Aniversario del Desembarco de Normandía.
Según fuentes de la Presidencia gala, la conversación se celebró en presencia de Hollande y de la canciller alemana Angela Merkel, y versó sobre la escalada militar y un hipotético cese de la violencia en los próximo días.
«Se trata de un avance frágil en un día muy simbólico para la paz», comentó un consejero del Elíseo. Al parecer, ambos dirigentes se estrecharon la mano y departieron con total normalidad.
Francia se ha esforzado en las últimas semanas para ejercer de mediador en Ucrania. Hollande invitó en el último momento a Poroshenko a Normandía, un día antes de asumir oficialmente el cargo el sábado. A dónde llevará el diálogo esbozado en Normandía es una incógnita. EEUU ha desconfiado hasta ahora de las promesas y declaraciones de Putin. El presidente ruso, por ejemplo, negó cualquier implicación en la secesión de la región ucrania de Crimea para anexionarla después.
Sin cita programada
Putin también se reunió con el presidente estadounidense, Barack Obama, según la Casa Blanca. «Aunque no había una cita programada, los mandatarios han tenido oportunidad de intercambiar opiniones sobre la situación en Ucrania y sobre la crisis en el este del país. Putin y Obama han conversado sobre la necesidad de reducir la violencia y las acciones militares», añadió Peskov.
Ya el jueves pasado, al término de una reunión de los países más industrializados en Bruselas, de la que Putin quedó excluido por sus acciones en Ucrania, el dirigente de Estados Unidos aseguró que confiaba en que el mandatario ruso «se mueva en la dirección adecuada» si quiere evitar nuevas sanciones económicas.
Ante este avance, la Casa Blanca ve señales positivas en la retirada de las tropas rusas estacionadas en los últimos meses cerca de la frontera con Ucrania y en el hecho de que Moscú no torpedease las elecciones en las que salió elegido Poroschenko. Pero teme que la agitación de los milicianos prorrusos provoque una guerra civil.
En un discurso en Sword Beach, una de las playas del desembarco, Hollande insistió en reconocer el papel de Rusia y la Unión Soviética, algo con frecuencia soslayado en las celebraciones de Normandía, en la derrota de la Alemania nazi.
